En los diez mandamientos encontramos que Dios prohíbe la codicia (Éx. 20:7). Esta prohibición indica cómo debemos amar a nuestro prójimo y así honrar a Dios por lo que Él nos ha dado en Cristo.
Reflexiona en estos versículos bíblicos considerando el amor que Dios nos mostró por medio de su Hijo Jesucristo, y que en Él tenemos lo más importante: una relación eterna con Dios.
“Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. También dio a su marido que estaba con ella, y él comió” (Génesis 3:6)
“No codiciarás la casa de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo” (Éxodo 20:17)
“Quemarás a fuego las esculturas de sus dioses; no codiciarás la plata ni el oro que las recubren, ni lo tomarás para ti, no sea que por ello caigas en un lazo, porque es abominación al Señor tu Dios” (Deuteronomio 7:25)
“El deseo del perezoso lo mata, porque sus manos rehúsan trabajar; todo el día codicia, mientras el justo da y nada retiene” (Proverbios 21:25-26)
“¡Ay de los que planean la iniquidad, los que traman el mal en sus camas! Al clarear la mañana lo ejecutan, porque está en el poder de sus manos. Codician campos y se apoderan de ellos, codician casas y las toman. Roban al dueño y a su casa, al hombre y a su heredad” (Miqueas 2:1-2)
“Pero yo les digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mateo 5:28)
“¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la ley? ¡De ningún modo! Al contrario, yo no hubiera llegado a conocer el pecado si no hubiera sido por medio de la ley. Porque yo no hubiera sabido lo que es la codicia, si la ley no hubiera dicho: ‘No codiciarás’” (Romanos 7:7)
“Pero el pecado, aprovechándose del mandamiento, produjo en mí toda clase de codicia. Porque aparte de la ley el pecado está muerto” (Romanos 7:8)
“Porque esto: ‘No cometerás adulterio, no matarás, no hurtarás, no codiciarás’, y cualquier otro mandamiento, en estas palabras se resume: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’” (Romanos 13:9)
“Estas cosas sucedieron como ejemplo para nosotros, a fin de que no codiciemos lo malo, como ellos lo codiciaron” (1 Corintios 10:6)
“Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición” (1 Timoteo 6:9)
“Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores” (1 Timoteo 6:10)
“Ustedes codician y no tienen, por eso cometen homicidio. Son envidiosos y no pueden obtener, por eso combaten y hacen guerra. No tienen, porque no piden” (Santiago 4:2)
“Tienen los ojos llenos de adulterio y nunca cesan de pecar. Seducen a las almas inestables. Tienen un corazón ejercitado en la avaricia; son hijos de maldición” (2 Pedro 2:14)