Solo Cristo como centro de nuestras vidas
Solo Cristo como centro de nuestras vidas
«Cristología práctica» es un curso formado a partir de las conferencias «Solo Cristo» expuestas en el año 2013, en el Seminario Bíblico William Carey, que está ubicado en Córdoba, Argentina.
A través de distintos temas, los expositores de este curso nos guían a apreciar la importancia y centralidad de Cristo en cada uno de los aspectos de nuestras vidas. Apoyados en diversos pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamento, abordan tópicos acerca de quién es Jesús (como Su divinidad y Su humanidad), de cuál es Su función (como Su preeminencia y Su mediación) y de aspectos prácticos del día a día (como Su oración y Su comisión), entre otros. Finalmente, este curso nos recuerda que toda nuestra cosmovisión debe ser cristocéntrica, ya que Él es el centro de las Escrituras y de toda la historia redentora.
El Seminario Bíblico William Carey existe para servir la iglesia local proporcionando capacitación con profundidad teológica y con un corazón misionero. Los programas académicos, en línea y presencial, ofrecen capacitación reformada de calidad que desafía a los estudiantes a obedecer la gran comisión en los ministerio al cual Dios los ha llamado.
En esta primera sesión, Sam Masters, fundado en Romanos 3:21-26, propone que la justicia de Dios, ante la corrupción e incapacidad humanas, solo puede encontrarse en Cristo. La redención provista por Dios es un regalo de gracia. Jesús es la expiación y la propiciación por los pecados de la humanidad, por lo que solo en Cristo Jesús está el centro del plan divino.
Juan Sánchez, a través de Éxodo 19:4-6 y 20:1-6, argumenta que Dios, el único Dios, merece nuestra fidelidad. A través de la ley, el Dios soberano y santo que escogió a Su pueblo, ahora lo prepara para que viva de una manera diferente. Jesús es el israelita fiel que obedeció la Palabra y guardó el pacto del Señor. En Cristo, nosotros podemos amar a Dios y ser fieles a Él.
En esta sesión, James Adams expone que aprendemos a orar con Jesús en los Salmos. La base de nuestra oración debe ser la misma Palabra de Dios. Esta oración no es un ejercicio meramente individual, sino que toda la iglesia la realiza en asociación con Cristo. Así que, oremos todos los Salmos en Cristo. (Incluye una práctica en los Salmos relacionados a la Palabra del Señor).
Con el panorama bíblico de creación-caída-redención-consumación, David Adams nos muestra que el deseo divino ha sido siempre el avance de la cultura. Los seres humanos, bajo la influencia satánica, hemos mal usado los buenos elementos provistos por Dios, pero en Cristo tenemos libertad para desarrollar bien la cultura. Al final de las Escrituras hallamos esa cultura a plenitud.
Por una parte, James Adams nos explica que solo en Cristo pueden entenderse correctamente los salmos imprecatorios o los de inocencia. Por otra parte, nos instruye acerca de que debemos leer el libro de Salmos dentro del contexto completo de toda la Biblia. De tal cuenta, solo en Cristo podemos acercarnos con certeza a los salmos, para poder interpretarlos apropiadamente.
Sam Masters, por medio de 1 Corintios 1:18-25, expresa que ante las formas de pensar de nuestro mundo actual debemos someter toda idea al señorío de Cristo. Tampoco hemos de buscar señales, porque tenemos el testimonio del poder de Dios obrando en la resurrección de Cristo (¡el mismo poder que opera hoy en nosotros!). Por tanto, todo asunto y toda nuestra conducta deben ser referidos a la cruz de Cristo.
Muchas personas buscan medios para acercarse a Dios. Juan Sánchez demuestra que el Señor ha definido en Su Palabra que el pecado requiere un sacrificio presentado vía un mediador para acudir a Él (Levítico 9:1-7). Solo Cristo, en el Nuevo Pacto, es el mediador perfecto entre Dios y la raza humana, a la vez que se ofrece como sacrificio expiatorio por nosotros.
En esta última sesión, Juan Sánchez plantea que Jesús es Dios hecho hombre para derrotar al diablo y sus obras. Él es también Dios hecho hombre para liberar a los que están en esclavitud. Como ser humano, Él vivió en perfecta obediencia al Padre y se entregó a la muerte para darnos salvación. Habiendo propiciado nuestros pecados, puede ayudarnos en toda tentación.
Josué Ortiz
Augustus Nicodemus Gomes Lopes
Emanuel Elizondo
Robert Letham
Stephen M. Coleman
Stephen Wellum