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La semana pasada la pionera misionera y autora Elisabeth Elliot murió. Y yo lloré. Aunque nunca la conocí en persona, la conocía bien. Ella fue una de las mayores influencias en mi vida por sus escritos y enseñanzas. Siempre estaré en deuda con la obra de Elliot, el fruto de la obediencia a un Dios fiel. Esta mujer me inspiró a estudiar un nuevo idioma y a salir al campo misionero con una gran fe en un gran Dios. Ella me enseñó principios de pureza en las relaciones románticas y cómo confiar en Dios cuando la vida parece demasiado difícil de soportar.

En medio del dolor, de lamentar el final de su vida, yo volví, una vez más, a las sabias palabras de esta sierva de Dios. Quiero compartir contigo 15 de sus citas que continúan ayudándome durante tiempos de pérdida e incertidumbre. Espero que sean de aliento para ti también.

De “These Strange Ashes”, la historia de su primer año en el campo misionero:

“El currículo que Dios tiene para todos los que sinceramente quieren conocerlo y hacer Su voluntad siempre incluye lecciones que desearíamos poder obviar… Con un profundo entendimiento de nuestras necesidades más profundas y capacidades individuales, Él escoge nuestro currículo”.

“La fe, la oración y la obediencia son nuestros requerimientos. No se nos ofrece a cambio la inmunidad y la libertad de los males de este mundo. Lo que se nos ofrece tiene que ver con un mundo completamente distinto”.

“Las pruebas más severas no vienen cuando no vemos nada, pero cuando vemos una impresionante variedad de pruebas que parecen probar nuestra vana fe”.

“Yo sé que esperar en Dios requiere la voluntad de soportar la incertidumbre, de llevar dentro de sí mismo la pregunta sin respuesta, levantando el corazón a Dios sobre esto cada vez que se entrometen en nuestros pensamientos. Es fácil convencerse a uno mismo en una decisión que no tiene permanencia, más fácil a veces que esperar pacientemente”.

“Está en nuestra aceptación de lo que nos es dado que Dios se ha dado a sí mismo”.

“Cristo es suficiente. No necesitamos ‘grupos de apoyo’ para cada tribulación. Las penas más ampliamente divergentes pueden ser llevadas al pie de la misma vieja cruz rugosa y encontrar allí la limpieza, la paz y el gozo”.

“Ser un seguidor del Crucificado significa, tarde o temprano, un encuentro personal con la cruz. Y la cruz siempre implica pérdida. El gran símbolo del cristianismo significa sacrificio y no hay nadie que se llame a sí mismo un cristiano que puede evadir esta dura realidad”.

“Este lugar difícil en el que te encuentras, tal vez es el mismo lugar en el que Dios te da la oportunidad de mirarlo solo a Él, para pasar tiempo en oración, y para aprender la sufrida mansedumbre, en definitiva, aprender las profundidades del amor que Cristo mismo ha derramado sobre todos nosotros”.

“Nunca olvidemos que algunas de las grandes misericordias de Dios son sus rechazos a nuestras peticiones”.

De “Secure in the Everlasting Arms”, una colección de reflexiones sobre la vida cristiana:

“Jesús nos pide que tomemos la cruz, para llevarla diariamente. ¿Qué significa esto? Sin duda, es la tranquila aceptación de desilusiones, la realización de alguna tarea difícil que preferiríamos evitar o algún pequeño deber que es desagradable para nosotros”.

“Supongamos que hemos orado en nuestros corazones a lo largo de un asunto, que hemos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance para hacer, y luego descubrimos que todo fue hecho en vano. ¿Decayó nuestra fe? ¿Podemos decir que la oración no funciona? ¿Nuestra obediencia ha sido en vano? ¿Qué hay de la gran oración que Jesús nos enseñó a orar? Es por su reino y su voluntad, sin embargo, no debemos pedir a menos que nosotros mismos estamos dispuestos a cooperar”.

“Dios sabe no solo lo que necesitamos, pero cuándo lo necesitamos. Cuando Él retiene de nosotros la única cosa que estamos seguros nos haría feliz, es bueno recordar su promesa de que Él suplirá todas nuestras necesidades ‘de acuerdo a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús’ (Filipenses 4:19)”.

“Es una fuerte tentación el correr hacia el teléfono cuando necesitamos consejos o ayuda de cualquier tipo, olvidándonos de buscar primero la Palabra viva de Dios, cuyo oído está siempre abierto a nuestro clamor. Prueba el simple recordatorio de 2 Pedro 2:9: ‘El Señor, pues, sabe rescatar de tentación (de prueba) a los piadosos…’”.

“La perfección no consiste en la comprensión de los designios de Dios, pero en la sumisión a los mismos”.

“Pon tu confianza en Él. No en personas o circunstancias o sueños o programas o planes, no en ninguna noción humana de lo que va a pasar o no, sino en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, de Daniel y todos los demás. El Dios cuyo Hijo fue a través de los valles más oscuros para que tú y yo pudiéramos ser salvos. Si alguien está dispuesto a dar su vida por ti, ¿confiarías en él? Por supuesto que sí. Jesús te amó en ese momento. Él te ama ahora. Él te va a estar amando cada minuto de cada hora de cada día del resto de tu vida, y no importa lo que pase, nada puede separarte de ese amor. Yo sé que es verdad. He encontrado un Refugio seguro y firme en mi Señor y Salvador, la única seguridad real, ¡los brazos eternos! He caminado con Dios por mucho tiempo. Yo sé que Él cumple sus promesas”.


Si quieres conocer más de acerca de la vida y obra de Elisabeth Elliot puedes hacerlo a través de su sitio web.
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