La Biblia registra cómo opera la misericordia de Dios y nos llama a reflejar a otros esa misericordia que Él ejerce a nuestro favor cada día. Te invitamos a leer estos 37 versículos bíblicos sobre la misericordia tomando en cuenta el mensaje del evangelio.
“Pero el Señor estaba con José, le extendió Su misericordia y le concedió gracia ante los ojos del jefe de la cárcel” (Génesis 39:21).
“En tu misericordia has guiado al pueblo que has redimido; con tu poder los has guiado a tu santa morada” (Éxodo 15:13).
“El Señor haga resplandecer Su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia” (Números 6:25).
“El Señor es lento para la ira y abundante en misericordia, y perdona la iniquidad y la transgresión; pero de ninguna manera tendrá por inocente al culpable; sino que castigará la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación” (Números 14:18).
“Perdona, te ruego, la iniquidad de este pueblo conforme a la grandeza de tu misericordia, así como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí” (Números 14:19).
“No los adorarás ni los servirás; porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecen, pero que muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan Mis mandamientos” (Deuteronomio 5:9-10).
“Reconoce, pues, que el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel, que guarda Su pacto y Su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que lo aman y guardan Sus mandamientos” (Deuteronomio 7:9).
“Muestra maravillosamente tu misericordia, oh, Salvador de los que se refugian a Tu diestra huyendo de los que se levantan contra ellos” (Salmo 17:7).
“No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones; acuérdate de mí conforme a tu misericordia, por tu bondad, oh Señor” (Salmo 25:7).
“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a lo inmenso de tu compasión, borra mis transgresiones” (Salmo 51:1).
“Porque el Señor es bueno; para siempre es Su misericordia, y Su fidelidad por todas las generaciones” (Salmo 100:5).
“Mira cuánto amo tus preceptos; vivifícame, Señor, conforme a tu misericordia” (Salmo 119:159).
“El Señor favorece a los que le temen, a los que esperan en Su misericordia” (Salmo 147:11).
“La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón” (Proverbios 3:3).
“Con misericordia y verdad se expía la culpa, y con el temor del Señor el hombre se aparta del mal” (Proverbios 16:6).
“Las misericordias del Señor recordaré, las alabanzas del Señor, conforme a todo lo que nos ha otorgado el Señor, por Su gran bondad hacia la casa de Israel, que les ha otorgado conforme a Su compasión y conforme a la multitud de Sus misericordias” (Isaías 63:7).
“Que las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan Sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡Grande es tu fidelidad!” (Lamentaciones 3:27).
“Antes bien, si aflige, también se compadecerá según Su gran misericordia” (Lamentaciones 3:32).
“Al Señor nuestro Dios pertenece la compasión y el perdón, porque nos hemos rebelado contra Él” (Daniel 9:9).
“Y tú, vuelve a tu Dios, practica la misericordia y la justicia, y espera siempre en tu Dios” (Oseas 12:6).
“Y oró al Señor: ‘¡Ah Señor! ¿No era esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis. Porque yo sabía que tú eres un Dios clemente y compasivo, lento para la ira y rico en misericordia, y que te arrepientes del mal anunciado’” (Jonás 4:2).
“Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia” (Mateo 5:7).
“Pero vayan, y aprendan lo que significa: ‘Misericordia quiero y no sacrificio’; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (Mateo 9:12).
“Pero si ustedes hubieran sabido lo que esto significa: “Misericordia quiero y no sacrificio”, no hubieran condenado a los inocentes” (Mateo 12:7).
“¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?” (Mateo 18:33).
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas que pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, y han descuidado los preceptos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Estas son las cosas que debían haber hecho, sin descuidar aquellas” (Mateo 23:23).
“Porque Él dice a Moisés: ‘Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y tendré compasión del que Yo tenga compasión’” (Romanos 9:15).
“Por tanto, puesto que tenemos este ministerio, según hemos recibido misericordia, no desfallecemos” (2 Corintios 4:1).
“Él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo” (Tito 3:5).
“Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna” (Hebreos 4:16).
“Porque el juicio será sin misericordia para el que no ha mostrado misericordia. La misericordia triunfa sobre el juicio” (Santiago 2:13).
“Pero la sabiduría de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, condescendiente, llena de misericordia y de buenos frutos, sin vacilación, sin hipocresía” (Santiago 3:17).
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos” (1 Pedro 1:3).
“Ustedes en otro tiempo no eran pueblo, pero ahora son el pueblo de Dios; no habían recibido misericordia, pero ahora han recibido misericordia” (1 Pedro 2:10).
“Pero ustedes, amados, edificándose en su santísima fe, orando en el Espíritu Santo, consérvense en el amor de Dios, esperando ansiosamente la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna” (Judas 1:20-21).