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5 principios para alcanzar a las naciones en tu ciudad

Nota del editor: 

Este es un fragmento adaptado del libro Las Misiones: Cómo la iglesia local se convierte en la iglesia mundial (Poiema Publicaciones, 2019), por Andy Johnson. Puedes descargar una muestra gratuita visitando este enlace.

 

Muchos de nosotros no tenemos que tomar vuelos internacionales para alcanzar a personas de otras religiones y culturas. Tan solo necesitamos abrir nuestros ojos, mirar alrededor, y alcanzar a las naciones en nuestros propios pueblos y ciudades.

Curiosamente, la obra del evangelio en nuestras propias ciudades parece más intimidante que un viaje de dos semanas alrededor del mundo. Muchas personas simplemente no saben dónde empezar, dónde encontrar las poblaciones que no han sido alcanzadas o cómo llevarlas al evangelio. Pero si somos capaces de hacer un esfuerzo para llevar el evangelio a lugares lejanos, ¿por qué no fijarnos en las personas que Dios ha traído hasta nuestra propia puerta?

No existe una receta mágica para saber cómo animar a nuestras congregaciones a realizar esta obra. El lugar donde vives, quién vive a tu alrededor, y cómo es tu congregación influenciará la forma en la que puedes involucrarte en alcanzar a las naciones.

Vamos a meditar acerca de algunos principios útiles y reflexionar acerca de las experiencias de mi propia iglesia local.

1) Investigar

El primer paso es buscar qué personas de otras culturas o grupos étnicos viven en tu área. Esto es tan sencillo como poner atención mientras conduces por diferentes partes de tu ciudad. ¿Hay muchos mercados de alimentos halal en una sección de la ciudad cercana a ti? Seguramente habrá vecinos musulmanes.

Visitar tiendas de comida étnica es una manera especialmente buena de aprender acerca de etnias específicas o comunidades religiosas y relacionarte con ellas. Estos comercios tienen a menudo tableros de anuncios con información referente a eventos, festivales y necesidades de la comunidad que pueden proveer oportunidades para conocer mejor dichas etnias y establecer relaciones con ellas. Y por descontado, una simple investigación en Internet directamente relacionada con el tipo de población que hay en tu comunidad también es algo fácil y útil.

El lugar donde vives, quién vive a tu alrededor, y cómo es tu congregación influenciará la forma en la que puedes involucrarte en alcanzar a las naciones

2) Tomar la iniciativa

Sea lo que sea lo que descubras acerca de tu comunidad, seguramente hará que tu congregación se anime y se involucre. En mi iglesia local llegamos a la conclusión de que la población principal de extranjeros en nuestra comunidad estaba formada por estudiantes. Por tanto, comenzamos a orar de vez en cuando en nuestros cultos de oración para que Dios nos permitiera alcanzar con el evangelio a los estudiantes internacionales.

No obstante, como la dependencia en Dios a través de la oración no está enemistada con la iniciativa humana, uno de nuestros ancianos decidió hacer algo al respecto. Este hermano se sentaba junto a otro miembro de la iglesia que era de Singapur y se había convertido estudiando en Londres. Este joven empezó a organizar un estudio bíblico para estudiantes internacionales proveyendo así la estructura y el modelo para evangelizarles. Con el paso del tiempo, el proyecto se transformó en clases de inglés ofrecidas en dos campus de las universidades locales y en una red donde los miembros de la iglesia se reunían individualmente con estudiantes interesados en estudiar la Biblia en inglés.

Cuando nos dimos cuenta, más de cincuenta miembros de la iglesia se estaban reuniendo semanalmente para estudiar la Biblia con estudiantes de países donde el evangelismo estaba estrictamente prohibido.

3) Probar cosas diferentes

¿De qué manera podría tu propia congregación probar cosas diferentes? A lo mejor podría organizar clases de inglés en la iglesia, o los miembros se podrían unir a clubes locales de fútbol para adultos donde suelen haber muchos extranjeros. O podrían involucrarse en proyectos que ayuden a los refugiados a restablecerse, o podrían ofrecerse de voluntarios para recoger a los estudiantes internacionales que aterrizan por primera vez en el aeropuerto.

Todas estas cosas son excelentes puntos de partida. Pero la mejor manera de alcanzar a los extranjeros es simplemente ser amable y simpático cuando te topes con ellos en las tiendas, en la calle, o en tu barrio.

4) Hablar con las personas

Una miembro de nuestra iglesia conoció a una mujer musulmana que empezó a trabajar en la peluquería donde ella se arreglaba el pelo.

Necesitamos abrir nuestros ojos, mirar alrededor, y alcanzar a las naciones en nuestros propios pueblos y ciudades

La primera vez que la mujer cristiana habló con la musulmana, mencionó que se estaba arreglando el pelo para asistir a la boda de unos amigos. Entonces le preguntó a la mujer musulmana —claramente recién llegada al país— si alguna vez había asistido a una boda cristiana. No lo había hecho nunca. Así que esta cristiana invitó allí mismo a la mujer musulmana a ir con ella ese fin de semana a la boda en nuestra iglesia.

La mujer fue, escuchó el evangelio, y nació una nueva amistad. Puede ser así de fácil.

5) Practicar la hospitalidad internacional

De forma comprensible, la mayoría de los visitantes e inmigrantes recién llegados están deseando conocer a la gente local y entender su cultura. Lamentablemente, casi todas las estadísticas reflejan que el 80% de los estudiantes internacionales no llegan a ver el interior de un hogar estadounidense durante el tiempo que viven en el país (La estadísticas referentes a los inmigrantes permanentes son solo un poco mejores).

Esta es una gran oportunidad para que los cristianos ejerzan la hospitalidad, y para que tú, como líder o miembro de iglesia, des ejemplo a los miembros de tu congregación. Y eso se aplica a todas las iglesias sin importar en qué país se encuentren.

Los días festivos son especialmente buenos para practicar la hospitalidad. Por norma general, mi familia invita a uno o más estudiantes internacionales para que coman con nosotros durante los días festivos más importantes del año. De paso, tenemos la oportunidad de compartir con ellos nuestra suprema gratitud por la gracia que Dios nos ha concedido en Cristo y de que conozcan algún plato suculento y nuestras tradiciones culturales.


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