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Pocos versículos han causado tanta controversia como Mateo 16:18 donde Jesús dice: “Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Este versículo ha llevado a desacuerdos sobre el tipo apropiado de gobierno de la iglesia, el papel del papa (junto con la infalibilidad papal), la sucesión apostólica, entre otros.

Jesús aprueba a Pedro por identificarlo correctamente, resaltando que su discípulo no descubrió esta verdad por medios humanos

En contexto, Jesús pregunta a sus discípulos lo que el público en general piensa acerca de la identidad del “Hijo del Hombre” (v. 13). La respuesta de los discípulos muestra la amplitud de la comprensión popular sobre Jesús: Él es Juan el Bautista, Elías, Jeremías, u otro profeta (v. 14). Jesús, entonces, redirige su pregunta: “Y ustedes [plural = los discípulos], ¿quién dicen que soy Yo?” (v. 15). Pedro responde por los doce: Jesús es el Mesías largamente esperado, Dios el Hijo encarnado (v. 16). Jesús aprueba a Pedro por identificarlo correctamente, resaltando que su discípulo no descubrió esta verdad por medios humanos. Más bien, esto vino como revelación divina, del Padre celestial de Jesús (v. 17). Usando un juego de palabras, Jesús cambia el nombre de su discípulo Pedro (petros en Griego) y promete fundar la iglesia del Mesías en “esta roca” (petra en Griego).

Entonces, ¿a qué se refiere “esta roca”? Veamos algunas respuestas incorrectas antes de pasar a lo que creo que es la correcta.

Pedro y sus sucesores romanos como “la roca”

La Iglesia Católica Romana interpreta “esta roca” en referencia a Pedro como el primer papa y el comienzo de la sucesión apostólica: Jesús instituyó con autoridad una línea ininterrumpida de sucesores desde Pedro y los otros apóstoles, hasta los obispos actuales de la Iglesia Católica Romana. Desde este punto de vista, el Papa Francisco es ahora el vicario (o representante terrenal) de Cristo que, junto con los otros obispos, ejerce la autoridad de Cristo al enseñar, gobernar, y santificar a la Iglesia.

Usando un juego de palabras, Jesús cambia el nombre de su discípulo Pedro (petros en Griego) y promete fundar la iglesia del Mesías en “esta roca” (petra en Griego)

Esta interpretación surgió siglos después del evento y de que se escribiera el Evangelio de Mateo. Desde una perspectiva católica romana, este pasaje es como una semilla que floreció para convertirse más tarde en la interpretación de la iglesia. Para los católicos romanos, la falta de mención de sucesores de Pedro, de obispos, y de una estructura eclesial jerárquica, junto con la posterior entrega de las llaves de Jesús, no a Pedro sino a la iglesia (Mt. 18: 15-20), no impide tener este entendimiento.

Además, el Magisterio, u oficina de enseñanza de la Iglesia Católica, afirma poseer la autoridad de Cristo para proporcionar la interpretación oficial de las Escrituras. Y dado que han interpretado oficialmente Mateo 16:18 de esta manera, este entendimiento se erige como el autoritario y verdadero.

Históricamente, los protestantes han rechazado esta interpretación de las palabras de Jesús. Entonces, ¿cómo lo interpretan los protestantes?

Jesús o la confesión de Pedro como “la roca”

Una interpretación protestante común dice que mientras Pedro es petros, una piedra pequeña, Jesús es petra, la roca. Por lo tanto, la afirmación de Jesús no se trata de un papel especial para Pedro, sino de Jesús mismo como la piedra angular de la iglesia (Ef. 2:20; 1 Co. 3:11; 1 P. 2: 5-8). Sin embargo, este punto de vista parece ser más sobre evitar la interpretación católica romana, que sobre una exégesis convincente del texto.

Una segunda interpretación protestante popular dice que “la roca” no es Jesús, sino la confesión de Pedro sobre la identidad de Jesús. Pero esta verdad es desprovista de cualquier conexión con la persona de Pedro: es la confesión misma, no Pedro como confesor, lo que se enfatiza como el fundamento de la iglesia del Mesías.

Hay dos problemas principales con estas interpretaciones. Primero, en este contexto, Jesús afirma que Él es el constructor de su iglesia, no es su fundamento. De hecho, Él promete que construirá su iglesia sobre la base de “esta roca”. En segundo lugar, estas interpretaciones tienden a abrir una brecha entre la persona de Pedro y su confesión divinamente revelada.

Pedro como “la roca” en virtud de su confesión

Una mejor interpretación mantiene unidos estos dos elementos textuales prominentes: La roca es Pedro en virtud de su confesión.

El principal apoyo para este punto de vista se puede ver en el destacado papel que Pedro juega en la historia de la salvación en el Nuevo Testamento (especialmente los Evangelios y la primera mitad de los Hechos). Su prominencia se ve de varias maneras. Es el primero en anunciar el evangelio a los judíos (Hch. 2: 14–41). Junto con Juan, confirma la inclusión de los samaritanos en la iglesia (Hch. 8: 14-25). Finalmente, él es una pieza clave en la conversión de los primeros gentiles (Hch. 10-11).

Esta vívida narración en el libro de Hechos muestra cómo se usaron las llaves del reino para construir la iglesia. Y aunque todos los apóstoles estuvieron activos (véase Mt. 18:18), la prominencia de Pedro en varios puntos clave es inconfundible.

Una interpretación adecuada de la afirmación de Jesús debería apreciar el privilegio que disfruta Pedro entre los discípulos

El Evangelio de Mateo ciertamente sitúa a Pedro entre los doce (como ellos, él comprende algo de la importancia de Jesús y su ministerio, al tiempo que malinterpreta mucho). Pero una interpretación adecuada de la afirmación de Jesús debería apreciar el privilegio que disfrutó Pedro entre los discípulos. Puede ser portavoz y líder de los doce. Y lo fue, ya que Jesús lo destaca por medio de elogios (¡y lo renombra!) debido a su confesión.

Construyendo la Iglesia

En consecuencia, “esta roca” es, de hecho, el “discípulo renombrado” de Cristo: Pedro (Petros en Griego). Sin embargo, es Pedro en virtud de su confesión lo que lleva a la promesa de Cristo de construir su iglesia sobre “esta roca” (petra en Griego). Y este proyecto de construcción usa las llaves del reino de los cielos a medida que el evangelio se anuncia en todo el mundo.

La frase no respalda la interpretación católica romana de que Pedro es el primer papa, el vicario de Cristo, la cabeza infalible de la iglesia que descansa sobre la sucesión apostólica y ejerce la autoridad divinamente conferida en virtud de poseer las llaves del reino. Más bien, “esta roca” es la base de la iglesia que Jesús ha estado construyendo y continúa construyendo.

Según lo articulado por Pedro, la confesión de la identidad del Mesías, Dios el Hijo encarnado, es parte integral tanto del mensaje del evangelio como de la apropiación misma del evangelio: a todos los que, por medio del Espíritu Santo, confiesan “Jesús es Señor ”(1 Co. 12: 3), el Hijo otorga salvación eterna para la gloria de Dios.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
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