Cuando disfrutas de tu devocional personal, o estás estudiando la Biblia, o en un servicio de adoración, ¿qué imágenes mentales surgen cuando se te presentan pasajes que exhortan hacia la hospitalidad?
Para muchos, las imágenes que surgen son fotos brillantes como sacadas de una revista: una casa inmaculada, un menú gourmet, una mesa exquisitamente preparada. Si bien algunas de estas imágenes podrían aplicarse a la hospitalidad bíblica en ciertas situaciones, realmente representan una distracción.
Cuando la hospitalidad se describe en las Escrituras, no hay instrucciones con respecto a la decoración del hogar, menú, o como acomodar la mesa.
Hagamos un recorrido a través de la Escritura mientras pintamos el cuadro de la hospitalidad bíblica.
Retrato bíblico
- De acuerdo con Juan 14:15, 21-24, la evidencia primaria que uno es cristiano y ama a su Padre celestial es nuestra decisión de obedecer sus mandamientos. A pesar de que vivimos en un mundo que promueve “tener las cosas a tu manera”, he aprendido que para agradar al Señor necesito responder a todas sus instrucciones con un espíritu obediente, no solo escoger aquellas que me atraen, y esto incluye nuestra respuesta a lo que su Palabra nos enseña acerca de la hospitalidad.
- Romanos 12:13b dice que practicar la hospitalidad es, literalmente, “perseguir el amor de los extraños” (Hebreos 13:2), no es simplemente pasar el rato con nuestros mejores amigos. Si queremos demostrar obediencia a nuestro Padre celestial, practicaremos la hospitalidad bíblica.
- 1 Pedro 4:9 nos da la instrucción de practicar la hospitalidad, y nos recuerda que nuestra actitud es de suma importancia. El llamado es a practicar la hospitalidad sin quejarnos. Este versículo nos reta a realizar un análisis para discernir si estamos aprovechando la oportunidad para ministrar “de todo corazón” (Col. 3:23).
- Se nos recuerda en Hebreos 13:2 que nuestra voluntad de extender hospitalidad puede tener implicaciones de largo alcance. Si estudiamos la vida de Abraham y Sara (Génesis 18:1-3), Lot (Génesis 19:1-2), Gedeón (Jueces 6:11-24), y Manoa (Jueces 13:6-20 ), aprendemos que todos los extranjeros que hospedaron eran mensajeros especiales de Dios. Por supuesto, nuestra motivación nunca debe ser la de dar para recibir. Lucas 6:38 dice claramente que la taza de medir que usamos para distribuir nuestros dones y talentos será la misma que se utilice con nosotros. ¿Cuál es el tamaño de tu taza de hospitalidad?
- 3 Juan 7-8 nos desafía a extender la hospitalidad a los involucrados en el ministerio cristiano profesional. Es emocionante saber que mientras compartimos nuestros hogares y recursos con los siervos de nuestro Señor, nos convertimos en una parte activa de sus ministerios.
- Uno de los requisitos para los individuos involucrados en el liderazgo de la iglesia, de acuerdo con 1 Timoteo 3:1-2 y Tito 1:7-8, es la voluntad de permitir que otros los observen dentro de sus hogares, la arena en la que el cristianismo se revela más gráficamente. ¿Tienes el privilegio de estar en una posición de liderazgo en tu iglesia? Si es así, recuerda que estos versículos son requisitos, no sugerencias.
Cultivando un corazón hospitalario
Cuando consideramos los pasajes de la Escritura que nos desafían a practicar la hospitalidad, la mayoría de nosotros puede recordar un momento en que tratamos de ofrecer nuestra amistad y nos encontramos con rechazo. Si eres como yo, Satanás puede usar ese rechazo como un obstáculo para evitar que obedezcas a Dios en futuras ocasiones.
Si vamos a cultivar un corazón de hospitalidad bíblica, debemos negarnos a confiar en nuestros logros o preocuparnos por nuestros fracasos. Debemos dejar a un lado los rechazos y rencores pasados. En su lugar, debemos tratar de escalar la “montaña de la hospitalidad”. El trabajo no es fácil, pero vale la pena.
El ascenso comienza desarrollando estrategias adecuadas para poder escalar. Aquí están algunas para que comiences:
- Recopila y guarda recetas sencillas y de bajo costo para los postres y comidas.
- Haz una lista de personas que serían alentadas por tu hospitalidad.
- Haz un plan para invitar a tus primeros huéspedes pronto.
- Comienza fácil: invitar espontáneamente a alguien a tu casa después de la iglesia es una gran forma de empezar.
- Ora para que Dios, nuestro acogedor, te dé gozo mientras demuestras parte de Su naturaleza a los demás.
- Recuerda que los buenos recuerdos y momentos memorables requieren tiempo y energía para formarse.
- Proponte nutrir tu corazón con una hospitalidad bíblica que comunica con sinceridad: “Vuelve pronto”.
Un vehículo para la evangelización
La iglesia del siglo XXI ha cultivado procedimientos y herramientas para el evangelismo muy sofisticados; sesiones de entrenamiento en línea y recursos audiovisuales, seminarios, manuales y libros de metodología. Sin embargo, al estudiar las Escrituras encontramos que cada casa sirvió como centro de evangelización en la expansión temprana del cristianismo.
Que Dios nos dé la gracia para responder a la bienvenida que nos da Cristo dando la bienvenida a los demás a través del evangelio.