Aproximadamente un mes después de que apareciera el primer caso de coronavirus en Corea del Sur, un hombre infectado asistió a la Iglesia de Jesús Shincheonji, una secta de más de 300.000 integrantes que creen que Jesús se reencarnó en su líder. Este hombre terminó infectando a miles, de hecho, más del 60 por ciento de los casi 8500 casos (a la fecha del 25 de marzo) en el país han sido vinculados a Shincheonji.
Aunque Corea del Sur no ha requerido un bloqueo, la mayoría de las iglesias voluntariamente habían cerrado sus puertas antes del 1 de marzo. Esa fue una decisión emocional, ya que las iglesias de Corea del Sur lograron mantener los servicios incluso durante la Guerra de Corea, dijo Steve Chang, un pastor en Seúl.
TGC preguntó a este pastor si tenía algún consejo para las iglesias en otras partes del mundo. Esto es lo que dijo:
Planifica para una nueva normalidad
Piensa a largo plazo, al menos el doble del tiempo que crees necesitar. Corea del Sur estaba bien equipada, con tecnología e infraestructura para hacer todo en línea. Lo hicimos de inmediato. Sin embargo, la mayoría de nosotros pensó que sería algo temporal. Así que este es el primer consejo: no pienses que serán una o dos semanas. Es más probable que sean dos meses o más.
Piensa a largo plazo, al menos el doble del tiempo que crees necesitar
De esa manera, podemos comenzar a pensar rápidamente en la mejor forma de ministrar a nuestra gente, —a través de medios en línea como videollamadas/visitas, comunión grupal, reuniones de oración, y estudios bíblicos, además de los servicios dominicales— en lugar de perder tiempo en el “esperemos y veamos”.
Planeamos posponer algunas de nuestras reuniones grupales hasta que las cosas mejoraran, pero nos dimos cuenta de que en cambio teníamos que llevarlas a cabo usando medios en línea.
Busca oportunidades para hacer más de lo normal
Teníamos la tendencia a pensar en hacer menos de lo que normalmente haríamos en un servicio de adoración presencial, pensamos: ¿Por qué la gente querría ver un video de un servicio que dura más de 20 a 30 minutos?
Hay algo de verdad en eso, pero también olvidamos que no tienen la opción de venir a la iglesia. Esta “cosa en línea” es todo lo que tienen. Entonces, ¿por qué no hacer el servicio completo que normalmente hacemos?
De hecho, es posible que necesitemos hacer más de lo normal porque las personas están aisladas y no pueden salir o reunirse. Por ejemplo, nuestro pastor está enviando un video de oración a través de Instagram diariamente, algo que normalmente no haría.
Presta atención a lo que Dios está haciendo en la iglesia
Nuestra iglesia está enfatizando la adoración familiar y el crecimiento espiritual, que no es algo que nuestra megaiglesia puede hacer bien sin una crisis como esta. Los domingos, normalmente, todos se separan en ministerios específicos por edad. Ahora, gran parte de la ejecución del ministerio de niños tiene que involucrar a los padres, lo cual naturalmente los anima a ministrar a sus propios hijos. También les hemos pedido a los miembros que tengan un culto familiar mientras se conectan en línea, algo que una gran iglesia no puede hacer físicamente.
Estamos viendo a miembros de escasos recursos de nuestra iglesia dar más allá de lo que es normal
Creemos que esta es una oportunidad para ser testigos de Cristo ayudando a los más vulnerables. El ministerio de jóvenes adultos está entregando alimentos y suministros a los ancianos en la comunidad.
Un miembro de nuestro ministerio de estudiantes chinos (un estudiante chino internacional en una universidad local de Corea), el cual se llegó a ser creyente en nuestro ministerio, decidió recaudar el apoyo de sus colegas, también estudiantes chinos, para enviarlos a la ciudad de Daegu. Cuando le dio el dinero (alrededor de $2000) al presidente de su universidad para que lo pasara a los funcionarios de la ciudad de Daegu, el presidente se conmovió tanto que ahí mismo agregó $900 de su propio dinero personal.
Estamos viendo a miembros de escasos recursos de nuestra iglesia dar más allá de lo normal. Por ejemplo, una abuela coreana quería donar a nuestros pastores sus mascarillas racionadas.
También creemos que Dios está usando esto para animar a nuestros miembros al cuidado mutuo. El pastor principal les pidió a los miembros de la iglesia que practicaran “113” (como el 911 en los Estados Unidos), que es en 1 día, llame a 1 persona para saber cómo está y animarla, y ore por 3 personas.
Presta atención a lo que Dios está haciendo fuera de la iglesia
Definitivamente creo que la gente está asustada y más abierta al evangelio. Si tienes contacto con no creyentes en la iglesia o a través de ella, este es un buen momento para ministrarles. Si aún no tienes contacto con ellos, será difícil conocerlos. Por ejemplo, nuestro evangelismo en campus universitarios se detuvo por completo. Todavía tenemos que ver cómo esto conducirá a un ministerio evangelístico más efectivo, pero definitivamente es una oportunidad.
Si tienes contacto con no creyentes en la iglesia o a través de ella, este es un buen momento para ministrarles
En Corea del Sur, varias cosas están sucediendo en el escenario espiritual. Primero, como saben, una secta bien conocida estaba en el centro de este brote. A muchos coreanos les ha sorprendido saber cómo funciona este grupo y cómo atrae candidatos desprevenidos. Esto es algo que muchos líderes cristianos sabían, pero ahora es público. Eso disminuirá la extensión de sectas en Corea, las cuales son activas y peligrosas. Por mucho que sienta vergüenza ajena de quienes afirman valientemente que Dios está juzgando esas sectas, no puedo evitar pensar que su misericordia hacia el ministerio del evangelio de la iglesia está presente en esta crisis.
En la iglesia coreana también se han visto algunas “podas”. Todas las megaiglesias han cerrado. Cuanto más grande era la iglesia, más crítico era cerrar sus puertas. Así que esta es una gran oportunidad para reflexionar sobre lo que significa adorar “en espíritu y en verdad”, y cómo algunas iglesias más grandes se han alejado de la adoración pura y bíblica. Ahora que todos esos grandes y elegantes santuarios y producciones están en oscuridad, nos vemos obligados a considerar nuevamente lo que agrada a un Dios santo.
Finalmente, ha sido insoportable ser la iglesia sin un lugar central de reunión. Es un sentimiento extraño no poder encontrarte con tus hermanos y hermanas al menos una vez a la semana. Extrañamos terriblemente esas reuniones y nos percatamos de cuánto las dimos por sentado. Pero esta situación también nos obliga a aferrarnos a nuestra unidad en Cristo, y a ser más intencionales en contactar y orar por nuestra familia espiritual.