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¿Te emociona ir al trabajo el lunes por la mañana? Si es así, ¡bien por ti! Pero esa no es la experiencia que vivimos muchos de nosotros.

Nuestros empleos nos desafían y amenazan con consumirnos. De hecho, muchos de nosotros a veces no entendemos cómo la Biblia se relaciona a nuestro trabajo. Tal vez has hecho cuestiones apremiantes tales como:

  • ¿Cuál es el propósito de mi trabajo?
  • ¿Por qué es mi trabajo es tan difícil? ¿Hay algo que pueda hacer al respecto?
  • ¿Cómo puedo encontrar significado y servir a los clientes en un entorno de trabajo asesino, orientado a fechas límite?
  • ¿Puedo permanecer fiel a mis valores y aun así avanzar en mi campo?
  • ¿Cómo tomo las decisiones necesarias y difíciles en el curso de una carrera exitosa?

Así, que ¿qué aspecto tiene la devoción por Jesucristo en un entorno de trabajo competitivo (y a menudo peligroso e inseguro)? ¿Y qué sucede en aquellos que son dolorosamente mundanos?

Tuve la oportunidad de conversar con Keller, pastor de la Iglesia Presbiteriana Redeemer en la ciudad de Nueva York, acerca de “trabajar para el fin de semana”; de cómo la contranarrativa del evangelio aborda nuestra tendencia a crear ídolos o demonios, a trabajar demasiado o demasiado poco, acerca de cómo dar consejería a empleados desanimados, y mucho más.


En lugar de ver el trabajo como algo que debemos hacer para luego seguir con las cosas que de verdad importan en la vida, usted sugiere en su libro Toda buena empresa: conectando tu trabajo con el trabajo de Dios (Every Good Endeavor: Connecting Your Work to God’s Work, en inglés) que nuestra vocación es en realidad el campo principal en el que descargamos nuestro llamado a servir a nuestro prójimo y a colaborar con Dios en su cuidado amoroso del mundo. ¿Qué hay de malo en solo trabajar para el fin de semana? 

La frase “trabajar para el fin de semana” expresa ordinariamente una visión del trabajo como un mal necesario, pero Dios puso trabajo en el jardín del Edén, así que debe ser un bien enorme, algo que encaja y completa parte de nuestro diseño. La frase también puede significar trabajar solo por el dinero necesario para disfrutar en el tiempo de ocio. Pero la Biblia considera el trabajo como un servicio: el servicio a Dios y a nuestro prójimo.

Usted escribe “Sin una comprensión del evangelio vamos a vernos desilusionados de manera ingenua y utópica, o cínica”. ¿Cómo se manifiesta nuestra tendencia a idolatrar o demonizar particularmente en nuestro trabajo?

El evangelio incluye las buenas nuevas de que el problema con el mundo es el pecado, el pecado que está en todos nosotros, el pecado que estropea todo, y que la única esperanza es la gracia de Dios. Eso nos impide localizar el problema real en cualquier cosa creada (demonizar algo que es creado por Dios y bueno) o localizar la solución real en cualquier cosa creada (idolatrar algo limitado y caído). Además, la Biblia nos permite saber que aunque el reino de Cristo ya está aquí, todavía no lo está plenamente. Somos salvos, pero todavía muy imperfectos, y aun así vivimos en la certeza de que el amor y el bien triunfará en el mundo y en nosotros.

En resumen, no tenemos ninguna razón para enojarnos demasiado o para ser demasiado optimistas con ninguna tendencia, objeto o influencia. No tenemos ninguna razón para ser demasiado optimistas o pesimistas. Esta visión de la vida equilibrada por el evangelio tiene un efecto enorme en la forma en la que trabajamos. Los periodistas cristianos no deberían ser demasiado cínicos, ni deberían escribir artículos inflados de propaganda. Los artistas cristianos no deberían ser ni nihilistas completamente oscuros (como es mucho del arte contemporáneo), ni sentimentales, edulcorados, o estrictamente comerciales (haciendo cualquier cosa que venda). Los cristianos en los negocios deberían evitar tanto las exageraciones tipo “esta empresa va a cambiar el mundo” como el cinismo de “trabajar para el fin de semana”.

Usted también observa que cuando “nuestra identidad está desligada de nuestro trabajo, experimentamos una nueva libertad, tanto de nuestro trabajo como en nuestro trabajo”. ¿Cómo pueden los cristianos enraizar su identidad correctamente y ser así liberados tanto de trabajar demasiado como de trabajar demasiado poco, y quedar, de hecho, “libres para disfrutar del trabajo”?

Es muy posible creer que tu identidad profunda debería estar en Cristo, pero tener un corazón que funciona como si estuviese basada en tu trabajo. El Dr. Martyn Lloyd-Jones, que era originalmente un médico, dijo que “hay muchos a quienes he tenido el privilegio de conocer cuyas lápidas bien podría llevar el epitafio triste … ‘un hombre al nacer, un médico al morir’”. Una cosa es creer que somos justificados por la justicia de Cristo, y no por nuestros propios logros, y otra cosa es dejar que la doctrina de verdad moldee nuestros afectos, la forma en que funciona nuestro corazón.

¿Cómo se cambia el corazón? Esta pregunta merece una respuesta de una semana, o una sola frase. Así que aquí está la frase: “La Sagrada Escritura y la oración: una es la fuente de agua viva, la otra la cubeta con la que la vamos a sacar” (John Newton, Works, Vol. 1, p 141).

Martyn Lloyd-Jones dijo una vez: “Para mí la obra de la predicación es el más alto, más grande y más benevolente llamamiento al que nadie puede ser llamado”. ¿Se equivocaba Lloyd-Jones al elevar un llamamiento por encima de todos los demás?

Quizás. No creo que Lutero estuviese de acuerdo con él. Él sostuvo con fuerza y ​​convicción que, dado que todos los llamamientos son de Dios, y que todos los llamamientos humanos hacen la obra de Dios, todos ellos tienen la misma dignidad.

Pero sigo siendo favorable a la declaración de Lloyd-Jones, sobre todo cuando dice que la predicación es el llamamiento más “lleno de gracia”. Tal vez él diría que todos los llamamientos tienen igual dignidad ante Dios, pero no todos ayudan a las personas de formas igualmente poderosas. De todos los regalos que puedas dar a la gente, ¿qué podría ser más grande que revelar la gracia salvadora de Dios?

Al final tengo que estar del lado de Lutero teológicamente, pero tengo que admitir que a menudo cuando estoy predicando con la ayuda de Dios me siento exactamente como Lloyd-Jones se sintió.

¿Cuál es la importancia del descanso sabático en relación con nuestro trabajo?

Siempre ha sido enorme, ya que es uno de los diez mandamientos básicos de Dios para la vida humana. Pero aun si es posible, puede ser más importante para nuestra cultura frenética, maníaca, de trabajo sin límites. El sábado era radical en la época del antiguo Israel, porque significaba que el trabajo y la toma de ganancias tiene límites, como un río que no debe desbordarse. La vida no se trata solamente de trabajar y hacer dinero. Los cuerpos y mentes necesitan descansar.

Pero el Nuevo Testamento deja claro que la práctica del sábado apunta al más profundo “descanso del sábado” del evangelio, en el que aprendemos a descansar en Cristo para nuestra salvación, en lugar de en nuestros trabajos. Este es el “descanso bajo el descanso” que necesitamos para evitar que el trabajo moderno nos haga caer al suelo con sus exigencias sin fin para aumentar los beneficios y la productividad.

¿Cómo animaría a un creyente para el cual el trabajo se siente como pura monotonía, para quien piensa que no está marcando ninguna diferencia?

Mira en Efesios 6:5-9 y Colosenses 3, donde Pablo habla, no a profesionales, sino a sirvientes, diciéndoles que transformen la monotonía de su trabajo “trabajando como para el Señor”. Muchos buenos comentarios y sermones acerca de este texto de Efesios nos ayudan a entender las implicaciones generales de este principio.

Usted comenta que la gente “anhela que su pastor se interese en aprender más acerca de las situaciones que enfrentan diariamente”. ¿Cómo pueden los pastores empatizar mejor, animar y equipar a su gente en lo que respecta a su trabajo?

En cierto punto de mi ministerio aquí, visitaba con regularidad a mis miembros en su lugar de trabajo, bien comiendo el almuerzo con ellos en su oficina, o pasando para verlos allí. Por lo general, estas visitas tenían que ser breves, 20 a 30 minutos. Pero esto hizo posible aprender mucho acerca de sus problemas laborales y el entorno en el que pasan gran parte de su tiempo.

Otra cosa que pueden hacer es reunir a algunas personas de la iglesia que trabajen en el mismo campo y pedirles que traigan un conjunto de problemas o cuestiones que tengan acerca de cómo integrar su fe cristiana con su tipo particular de trabajo. Luego, tratar de responder a esas cuestiones con teología bíblica y sabiduría pastoral.

Por supuesto, otra cosa que pueden hacer es predicar con frecuencia sobre los pasajes en la Escritura que se relacionan directamente con nuestro trabajo en el mundo, y también trabajar desde pasajes que no son directamente sobre este tema. Siempre preguntarse: “¿este texto tiene algo que decir a la gente en su trabajo?”.


Esta entrevista fue publicada originalmente el 12 de noviembre 2012 para The Gospel Coalition. Traducido por Manuel Bento.
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