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Joven creyente, en un mundo más y más secularizado, donde la cultura quiere dirigirte hacia la autonomía y hacia la independencia de Dios, debes tener una vida fundamentada en la Palabra de Dios. En especial para un proceso tan importante como encontrar pareja. 

Se suele desconocer que la mayoría de prácticas actuales sobre cómo comenzar una relación amorosa nacieron de la revolución sexual y no de la Palabra de Dios y de un cuidado por la prudencia y sabiduría (por ejemplo, que una señorita saliera a solas con un joven era inimaginable hace menos de un siglo). Es lamentable que permitamos a la cultura moldear las prácticas del pueblo de Dios, olvidando Su llamado constante a no adaptarnos a las prácticas de este mundo. Los creyentes debemos buscar que nuestra mente sea renovada para verificar cuál es la voluntad de Dios (Ro 12:1-2).

Sucede con frecuencia que, aunque se tengan ideas nobles basadas en la Biblia, se dificulta ponerlas en práctica porque no se consideran sus implicaciones. Por ejemplo, todo creyente afirma que debe ser puro sexualmente. Pero no todos se ponen a considerar cómo practicarán esa pureza sexual y qué lineamientos, gobernados por principios bíblicos, guiarán el inicio de sus relaciones románticas. Es fácil ser creyente a nivel de principios si no se llevan a la práctica. Se puede parecer espiritual y maduro afirmando verdades teológicas, pero luego olvidarlas en la forma en que se vive. 

Entonces, ¿cuándo es el tiempo indicado para iniciar un noviazgo?

No es el tiempo de iniciar un noviazgo si…

Muchos se han creído la mentira del mundo sobre que es normal dejarse llevar por la atracción. «¿Qué puedo hacer?», dicen, «Me gusta esta chica y yo le gusto; por ende debemos expresar estos sentimientos y ser reales».

En la década de los noventa, la respuesta de gran parte de la iglesia a la revolución sexual fue crear un movimiento de pureza sexual que animaba la práctica del cortejo para iniciar el noviazgo, en lugar de las citas casuales. Aunque esta respuesta tuvo cierto éxito contra la promiscuidad sexual, el problema fue que no siempre se afirmaban sus prácticas en el evangelio. 

Los creyentes debemos buscar que nuestra mente sea renovada para verificar cuál es la voluntad de Dios

Además, muchas personas adoptaron estas prácticas del cortejo buscando resultados favorables y no partiendo de convicciones bíblicas, y terminaron por frustrarse cuando no obtuvieron lo que deseaban, en este caso un matrimonio feliz. Así, muchas personas desecharon como «legalismo» buenos principios y enseñanzas bíblicas sobre la pureza. 

No obstante, con toda certeza y sin temor a ser llamado legalista, puedo asegurar que Dios detesta los noviazgos casuales. El llamado bíblico es proteger la pureza sexual como un tesoro que le pertenece a una sola persona: tu futuro cónyuge. 

El apóstol Pablo señala en una de sus cartas que la voluntad de Dios es que nos abstengamos de cometer actos inmorales de índole sexual (1 Ts 4:3). El problema que hoy se presenta muchas veces es pensar que la inmoralidad sexual es solo el acto del coito fuera del matrimonio. 

El término que Pablo usa para «inmoralidad sexual» nace del griego porneia (de donde obtenemos la palabra «pornografía»). Este término no solo se refiere a la fornicación, sino también a actos que llevan a toda clase de deseos y relaciones sexuales ilícitas.1 La Biblia presenta como inmoralidad sexual incluso pensamientos impuros (Mt 5:28). Por todo esto, concluyo que cualquier tipo de contacto físico o comunicación que genere pasiones sexuales, fuera del pacto matrimonial, es una forma de inmoralidad sexual.

Pablo también hace una conexión entre la inmoralidad sexual y el defraudar a un hermano (1 Ts 4:6). Te invito a considerar esto: si entras en relaciones casuales, estás defraudando a tu futuro cónyuge, pues entregas a otra persona las emociones, besos y caricias que le pertenecen. 

El llamado bíblico es proteger la pureza sexual como un tesoro que le pertenece a una sola persona: tu futuro cónyuge

En el mundo hipersexualizado de hoy se suelen ver actos inmorales como normales. Aún así, tuve la oportunidad de ver fotos de la boda de un joven que conozco, donde él y su novia, con veintiséis años, nunca le dieron un beso a nadie, sino hasta que el pastor dijo: «Puede besar a la novia». Tengo la convicción personal de que este debería ser el ideal de todo joven creyente y no algo que le parezca anticuado. ¿Por qué crees que en la ceremonia de bodas se incluye el acto de besar a la novia? Porque se esperaba que el beso sucediera hasta el día del casamiento. Lamentablemente, en la actualidad este acto ha perdido su significado porque los novios llegan al altar, por lo general, después de besar a muchas personas. 

Estoy convencido de que no solo nuestra virginidad le pertenece a nuestro cónyuge, sino también nuestros besos y caricias. El rey Salomón escribió, en el Cantar de los cantares, sobre la belleza de la intimidad sexual de la pareja. No solo celebró el acto del coito en el matrimonio, sino también las caricias que anticipan ese momento de intimidad. Entiendo que uno de los propósitos de su libro es mostrar la sabiduría de esperar el momento indicado para entregar las emociones en una relación. 

Quiero que juren, oh hijas de Jerusalén;
Que no despertarán ni levantarán a mi amor,
Hasta que quiera (Cnt 8:4).

En tres ocasiones, Solomón hace el llamado a las hijas de Jerusalén a no despertar el amor antes de que sea prudente. Pues, cuando se lo despierta, es imposible detenerlo, de la misma forma que es imposible detener las muchas aguas (Cnt 8:7). Así que, no es el tiempo de iniciar un noviazgo si solo quieres algo casual o dejarte llevar por los deseos sexuales.

Es el tiempo de iniciar un noviazgo si…

Es importante definir el propósito de un noviazgo, para entonces responder cuándo es el momento oportuno de iniciarlo. El propósito bíblico de una relación romántica es el matrimonio; entonces, solo se debería iniciar un noviazgo cuando el matrimonio esté a la vista. De esta manera, no tendrás una relación extensa en la que las muchas aguas no puedan ser detenidas. Ahora bien, ¿cuánto tiempo es mucho? No te lo podría decir con exactitud.

La Biblia parece mostrar que las relaciones en tiempos bíblicos eran cortas. Quizás José y María tuvieron alrededor de un año de cortejo. Pero tampoco te podría decir cuánta duración es la correcta; aún así, opino que un noviazgo de cuatro años es demasiado largo. Se debe usar la prudencia, que es cautelosa y bíblica. Por ejemplo, sería prudente que una relación sentimental comience contemplando planes de matrimonio dentro de un rango de veinticuatro meses. 

Puede que conozcas casos de creyentes que fueron novios por siete años y hoy siguen casados. El problema, sin embargo, es normalizar las experiencias de otros, en lugar de reflexionar en lo que nos plantea la Biblia. Sería bueno preguntar a ese matrimonio: «¿Cuán difícil es mantenerse puros durante un noviazgo largo?». No obstante, no tengo la intención de dar una norma de veinticuatro meses, sino una guía para considerar e implementar según la realidad de cada persona, junto con su reflexión de la enseñanza bíblica.

El propósito bíblico de una relación romántica es el matrimonio; entonces, solo se debería iniciar un noviazgo cuando el matrimonio esté a la vista

Este tiempo, por ejemplo de veinticuatro meses, es para que se conozcan mejor en un marco saludable, dentro de la protección de la iglesia local y de las familias, en especial la de la joven (Dt 22:13-30, 1 Co 7:36-38). Solteros, tengan claro que están bajo la autoridad de sus familias, en especial bajo la autoridad de sus padres con el respaldo de los ancianos de la iglesia local. 

Lamentablemente, he visto a pastores usurpar el lugar de los padres en la tarea de guiar a sus hijos cuando buscan pareja. Está bien que los pastores los guíen cuando los jóvenes no tienen padres creyentes. Pero si el padre es cristiano, es indispensable que esté involucrado en la vida amorosa de sus hijos solteros, en especial si es una hija. 

En la Biblia vemos la obligación del padre de proteger la pureza de su hija al darla en casamiento (Dt 22:13-31; 1 Co 7:36-38). Aunque los padres de varones también deben sentirse responsables de liderar a sus hijos en este proceso, entiendo que los padres de mujeres juegan un rol principal en el desarrollo de las relaciones románticas de sus hijas. 

Soltero, debido a todo esto, te animo a buscar la dirección de la Palabra para aplicarla al iniciar una relación amorosa. Busca esta dirección y no empieces relaciones sin la protección de la familia. Por ejemplo, la dinámica podría ser: el joven busca el permiso del padre; este lo otorga y entrega a su hija a un hombre que después pasará a cumplir el rol de ejercer una autoridad amorosa sobre ella, al reflejar el amor de Cristo por Su iglesia (Ef 5:25). Es responsabilidad del papá asegurarse que el joven cumplirá con las expectativas bíblicas del líder de un hogar, y que la hija ha visto previamente en él. 

De cualquier forma, entrena para el futuro.

Vivimos en un mundo que idolatra la aprobación de los sentimientos. Se nos dice: «Si sientes algo, debe ser una realidad». A los creyentes nos resulta fácil rechazar los llamados de la cultura LGBTIQ+, como por ejemplo: «Si te sientes mujer siendo hombre, entonces lo eres». Sin embargo, normalizamos que los adolescentes o jóvenes se dejen llevar por sus sentimientos de atracción. 

Sentirnos atraídos hacia otros es un regalo de Dios, pero uno que debemos someter en obediencia a Dios, por medio de Su gracia y por medio de cultivar el dominio propio. Toda la vida nos sentiremos atraídos hacia otros. No obstante, sabemos que cuando nos casamos no debemos dejarnos llevar por esos sentimientos. Así que, soltero, entrénate para la vida de casado aprendiendo a no actuar según los impulsos de atracción. 

Entonces, ¿cómo relacionarte siendo soltero? La idea no es que, por cuidarte de entrar en relaciones tempranas equivocadas, tengas miedo de relacionarte con personas del sexo opuesto. Volvamos a la instrucción de la Palabra: «A las más jóvenes, [trátalas] como a hermanas, con toda pureza (1 Ti 5:2b)»

De este pasaje concluyo que el trato entre jóvenes solteros no debe incluir ningún tipo de insinuación sexual, así como no se incluye en el trato a una hermana de sangre. Por ende, sugiero evitar amistades exclusivas y basadas en la atracción sexual. También sugiero evitar conversaciones con personas inmaduras sobre la persona con quien te sientes atraído. Esas conversaciones son más provechosas con quienes tienen autoridad sobre ti y pueden aconsejarte con sabiduría. La cultura actual ha elevado la amistad por encima de la familia y de la iglesia; por su influencia, muchas veces el soltero cultiva conversaciones inapropiadas con personas fuera de su círculo de autoridad. ¡Tú no lo hagas así!

Sé rebelde contra las expectativas del mundo al mostrar confianza en Dios y buscar un futuro matrimonio que sea para Su gloria

Creo que, cuando no se confía en las promesas de Dios y no se vive el evangelio, aumenta el mal uso de aplicaciones de citas amorosas entre cristianos, y los adolescentes y jóvenes entran en relaciones románticas sin futuro que terminan causando mucho daño a los involucrados. 

Necesitamos recordar que el evangelio no nos defrauda, nos da lo que promete. De la misma manera, no entres en una relación romántica que defraudará a alguien más. Espera el tiempo de Dios, sé paciente, confía en que tienes un Dios soberano que puede dar buenas dádivas a Sus hijos. Es más, busca a una persona que abrace estas ideas, porque así te muestra que quiere honrar a Dios en toda su vida y eso será de bendición en el matrimonio. 

Por último, si por falta de conocimiento o pecado, ya has defraudado a personas: el evangelio es suficiente. En Cristo tenemos el perdón que necesitamos y la gracia para caminar diferente al resto del mundo. Por eso te animo a no permitir que tu pecado continúe dictando prácticas contrarias a la Palabra de Dios. Sé rebelde contra las expectativas del mundo al mostrar confianza en Dios y buscar un futuro matrimonio que sea para Su gloria.


1 J. P. Lange, P. Schaff y E. C. Bissell, A commentary on the Holy Scriptures: Apocrypha [Un comentario sobre las Sagradas Escrituras: Apócrifos], p. 137.
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