La incomprensibilidad de Dios
Las Escrituras enseñan que podemos tener un conocimiento verdadero y personal de Dios, pero esto no significa que llegaremos a entenderlo de manera exhaustiva. La Biblia es clara en que Dios es, en última instancia, incomprensible para nosotros; es decir, nunca podremos comprender por completo todo Su ser. Los siguientes pasajes lo demuestran:
Grande es el SEÑOR, y digno de ser alabado en gran manera,
Y Su grandeza es inescrutable (Sal 145:3).
Estos son los bordes de Sus caminos;
¡Y cuán leve es la palabra que de Él oímos!
Pero Su potente trueno, ¿quién lo puede comprender? (Job 26:14).
Porque Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes,
Ni sus caminos son Mis caminos», declara el SEÑOR.
Porque como los cielos son más altos que la tierra,
Así Mis caminos son más altos que sus caminos,
Y Mis pensamientos más que sus pensamientos (Is 55:8-9).
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros (Ro 8:33-34; cp. Job 42:1-6; Sal 139:6, 17-18; 147:5; Is 57:15; 1 Co 2:10-11; 1 Ti 6:13-16).
Estos versículos enseñan que todo el ser de Dios no solo es incomprensible, sino que cada uno de Sus atributos —Su grandeza, poder, pensamientos, caminos, sabiduría y juicios— están mucho más allá de la capacidad humana de comprenderlos por completo. No solo nunca podremos saber todo lo que hay que saber acerca de Dios, sino que nunca podremos saber todo lo que hay que saber acerca de un solo aspecto del carácter o la obra de Dios.
Por qué Dios es incomprensible
Las principales razones de la incomprensibilidad de Dios son:
- Dios es infinito y Sus criaturas son finitas. Por definición, las criaturas dependen de Su Creador para su propia existencia y están limitadas en todos los aspectos. Sin embargo, Dios no tiene limitaciones en cada una de las cualidades que posee. Esta brecha entre Creador y criatura, infinito y finito, siempre existirá.
- La perfecta unidad de los atributos de Dios está mucho más allá del ámbito de la experiencia humana. El amor, la ira, la gracia, la justicia, la santidad, la paciencia y los celos de Dios funcionan continuamente de una manera perfectamente integrada pero infinitamente compleja.
- Los efectos del pecado en las mentes de los humanos caídos también inhiben en gran medida la capacidad de conocer a Dios. La tendencia de las criaturas caídas es a distorsionar, pervertir y confundir la verdad y, entonces, usarla —o más bien abusar de ella— para fines egoístas en lugar de para la gloria de Dios (Ro 1:18-26). Una última razón por la que Dios nunca puede ser plenamente conocido es que, en Su sabiduría soberana…
- Dios ha decidido no revelar algunas cosas: «Las cosas secretas pertenecen al SEÑOR nuestro Dios, pero las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que guardemos todas las palabras de esta ley» (Dt 29:29). Muchos calificarían de falta de amor el hecho de que Dios decida retener cierta información a Su pueblo. Creen equivocadamente que Dios debería revelar todo lo que ellos quieran saber. Sin embargo, como sucede con todos los buenos padres, la sabiduría de Dios lo lleva a abstenerse de responder todas las preguntas que Sus hijos le hacen, y esto contribuye a Su incomprensibilidad.
La respuesta apropiada a Dios es un corazón asombrado y sobrecogido a la luz de Su incomprensible grandeza
En el cielo, la incomprensibilidad de Dios sin duda se verá reducida cuando los efectos del pecado ya no asolen las mentes y cuando, muy probablemente, comparta algunos más de Sus secretos. Sin embargo, Dios siempre será infinito y los humanos siempre serán finitos, por lo que siempre estará más allá de la capacidad humana de conocerlo exhaustivamente.
Implicaciones de la incomprensibilidad de Dios
Dado que Dios nunca puede ser conocido en Su totalidad, quienes buscan conocerlo deben sentirse profundamente humillados en el proceso, al darse cuenta de que siempre tendrán más que aprender. La respuesta apropiada a Dios es un corazón asombrado y sobrecogido a la luz de Su incomprensible grandeza.
La incomprensibilidad de Dios también significa que las creencias pueden ser sostenidas con firme convicción, aunque puedan estar llenas de un misterio inexplicable. La Trinidad, las naturalezas divina y humana de Cristo, la soberanía divina y la responsabilidad humana, y muchas otras enseñanzas fundamentales de la fe cristiana, son profundamente misteriosas; creer en ellas requiere una afirmación firme de la incomprensibilidad de Dios.
La cognoscibilidad de Dios
La incomprensibilidad de Dios podría llevar a la desesperación o a la apatía en la búsqueda de conocer a Dios, pero la Biblia también enseña que Dios es conocible. Si bien Dios nunca puede ser comprendido exhaustivamente, puede ser conocido verdadera, personal y suficientemente. Dios es personal, tiene características definidas y se ha revelado personalmente para que pueda ser verdaderamente conocido. La multiplicación de la gracia y de la paz en nuestras vidas depende de conocer a Dios (2 P 1:2-3), y este conocimiento proporciona recursos suficientes para la vida y para llegar a ser las personas que Dios quiere que seamos.
Dios es personal, tiene características definidas y se ha revelado personalmente para que pueda ser verdaderamente conocido
El conocimiento de Dios en Cristo debe ser nuestro mayor deleite (Jr 9:23-24; 1 Co 2:2; Gá 6:14). Es la base para alcanzar la vida eterna (Jn 17:3); está en el corazón de la vida en el Nuevo Pacto (He 8:11-12); era la meta principal de Pablo (Fil 3:10) y conduce al amor piadoso (1 Jn 4:7-8).
Dios nunca será conocido de manera absoluta, pero podemos saber cosas acerca de Él que son absolutamente ciertas, tanto que podemos estar dispuestos a vivir y morir por esas creencias. Dios ha provisto un conocimiento de Sí mismo que es personal, relacional y suficiente para una vida fructífera, fiel y piadosa. Nadie jamás podrá decir que le faltó la revelación necesaria para conocer a Dios y comenzar a vivir como Dios quiere.
Las implicaciones de la cognoscibilidad de Dios
La revelación personal y suficiente que Dios hace de Sí mismo debe fomentar una convicción sólida entre los creyentes. No tenemos por qué vivir en la ambigüedad y la incertidumbre sobre quién es Dios y qué exige de Sus criaturas.
Nadie jamás podrá decir que le faltó la revelación necesaria para conocer a Dios y comenzar a vivir como Dios quiere
La creciente influencia de las religiones orientales en Occidente, ciertas visiones posmodernas de la verdad y el pluralismo religioso enfatizan tanto la incomprensibilidad de Dios que, con el tiempo, se lo hace parecer incognoscible. Entonces se vuelve imposible decir algo definitivamente verdadero o falso sobre Él, y la gente entonces piensa que la única herejía es afirmar que existe alguna herejía.
Al contrario, debido a Su revelación e iluminación misericordiosas, Dios puede ser conocido. La cognoscibilidad de Dios debe llevarnos a un estudio ávido, diligente y devoto de la Palabra de Dios para que podamos entenderlo tal como se ha revelado y evitar cualquier visión falsa de Dios que lo deshonre.
Nunca debemos volvernos apáticos en la búsqueda de conocer a Dios porque, de hecho, somos capaces y estamos equipados para conocerlo y agradarle con nuestras vidas.