Estaba tratando de no llorar mientras hablaba por el teléfono, pero no pude contenerme. Las lágrimas empezaron a fluir y lloré en el teléfono como un niño de 10 años a pesar de ser un hombre de 30. Estaba hablando con mi mentor de 60 años y experimenté una gran sensación de alivio cuando pude abrirle mi corazón.
Además, soy pastor. ¿Te parece extraño a la luz de lo que acabo de contarte? ¿Cambia tu percepción de mí? Los pastores no son superhéroes. Sin duda, los hombres llamados por Dios están destinados a ser modelos de madurez cristiana, pero las ovejas maduras siguen siendo ovejas. Necesitan un pastor (1 P 5:4).
A medida que he adquirido experiencia como pastor, siento menos presión por ser un hombre pulido a la perfección. Claro, lucho con el temor a los hombres y otras emociones impías, pero he aprendido a no ocultar mi quebrantamiento. No sirve de nada. Dios lo ve y eventualmente saldrá a la luz (Lc 8:17). ¿Por qué no tomar la delantera y ver a Dios usar a la iglesia para ayudarme a crecer en santificación?
Con todo esto en mente, a continuación ofrezco algunos pensamientos breves tanto para los miembros de la iglesia como para los pastores.
Para los miembros de la iglesia
Miembro de la iglesia: Tu pastor vive en el mismo mundo caído en el que tú vives. Él debe cumplir con las cualidades morales de un pastor (1 P 5:1-5; 1 Ti 3:1-7; Tit 1:5-9), pero habrá ocasiones en las que, con Pablo, clamará: “¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte” (Ro 7:24). Cuando tu pastor experimente tales emociones, ora por él y ámalo bien.
Tu pastor es un pastor, pero sigue siendo una oveja
Tu pastor es un pastor, pero sigue siendo una oveja. Puedes servirle asegurándote de que pueda asistir a conferencias, talleres y grupos pastorales que lo fortalecerán. Pastórealo aun mientras él busca hacer lo mismo por ti. Tengo dos hermanos en mi congregación que no son ancianos, pero a quienes llamo o escribo un correo electrónico cuando tengo dificultades. Puede que no comparta mucho más que un “Oye hermano, hoy es un día difícil. Ora por mí”, pero es reconfortante saber que hermanos piadosos están orando por mi trabajo (Stg 5:16).
Para los pastores
Pastor: Sé abierto y vulnerable con tu congregación. Sé rápido en arrepentirte, lidera el camino con transparencia y pide oración por los problemas de tu vida. Deja que tu congregación vea que eres humano. Esto es bueno para tu propia alma y serás un ejemplo saludable para tu redil. Si no estás dispuesto a ser honesto sobre tu dolor, los miembros de tu iglesia nunca aprenderán a hacerlo tampoco.
No tiene por qué ser complicado o dramático. Aquí hay algunos ejemplos prácticos que puedes implementar en tu ministerio:
- No tengas miedo de compartir noticias duras con la iglesia, cualquier cosa, desde familiares moribundos, un diagnóstico de cáncer, hasta problemas de aprendizaje en tus hijos.
- Mientras los miembros comparten sus luchas con pecados particulares, anímalos usando tus propias historias de tus batallas. Muchas ovejas sienten que sus pastores nunca han luchado con su tipo particular de pecado. Admitir que has tenido problemas similares puede ser de gran ayuda.
- Encuentra miembros de la iglesia a quienes puedas llamar en tiempos desalentadores.
Es necesario dar una breve advertencia aquí: la transparencia no es la virtud máxima y no debe buscarse a toda costa. Es cierto, muchos de mis compañeros pastores harían bien en temer menos a los hombres y ser más vulnerables, pero otros han caído en la trampa de usar la vulnerabilidad como excusa para la autopromoción. Con demasiada frecuencia, “ser real” triunfa sobre la prudencia.
Si no estás dispuesto a ser honesto acerca de tu dolor, los miembros de tu iglesia nunca aprenderán a hacerlo tampoco
Si bien es bueno ser honestos sobre nuestras luchas, aun con nuestros pecados, hay una manera sabia de hacerlo. El camino de la sabiduría a menudo involucra círculos concéntricos de participación congregacional (Mt 18:15-20) y discreción. A veces, “exponer” el pecado significa no mencionar los detalles (Ef 5:11-12) porque hacerlo sería vergonzoso. De modo que busca la transparencia con sabiduría, no sea que trates el pecado y los efectos de la caída con ligereza.
Finalmente, considera el evangelio. Nuestro Señor Jesucristo mostró transparencia a sus seguidores en sus mayores momentos de debilidad. Desde gotas de sangre cargadas de angustia en oración (Lc 22:44) hasta clamar a su Padre bajo la carga del pecado en la cruz (Mt 27:46), Cristo nos muestra el camino para pastorear con transparencia humilde. Que los pastores que están bajo su mando imiten bien su ejemplo.