¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

Tememos a las personas creadas a la imagen de Dios porque no tememos a Dios; les tememos porque no amamos a Dios lo suficiente.

Este es un pensamiento de Karla de Fernández en su nuevo libro El temor y nuestra sed de aprobación (Editorial Portavoz, 2023).

Aquí te comparto algunas frases que destaqué durante mi lectura de este nuevo recurso:


Solo un amor tan grande como el de Dios echará fuera el temor que pueda existir en nuestros corazones (p. 34).

El temor a Dios nos llevará a adorarlo y a obedecer Su Palabra (p. 34).

El temor reverente a Dios nos llevará a reconocerlo como nuestro Padre por medio del sacrificio de Cristo y tendremos una nueva identidad en Él (p. 35).

El temor a Dios nos llevará a clamar ante Su presencia por todos aquellos que aún no le conocen (p. 36).

Una correcta apreciación del temor de Dios, con la ayuda del Espíritu, nos llevará a temer menos a las personas y a dejar de buscar su aprobación y admiración (p. 36).

Tememos que nos rechacen porque en el fondo no nos sentimos plenas y satisfechas en Cristo; nuestro corazón engañoso está sediento, anhela la aprobación de otros (p. 74).

Mientras el Espíritu de Dios —que levantó a Cristo de entre los muertos— more en nosotras, tenemos la seguridad de que la vida no tiene que ser en esclavitud (p. 84).

Aun si salimos a la batalla con temor, el Señor será glorificado y Su voluntad será hecha en nosotros, con nosotros y a pesar de nosotros (p. 100).

Solo por gracia, Dios capacita y envía a quienes llama para realizar la tarea encomendada. Aún si tememos y creemos que no somos suficientes (p. 102).

Dios es más grande que todo aquello que podamos temer, Dios nos adoptó y nos dio una identidad, Dios nos ha bendecido en abundancia, solo por amor (p. 105).

La eliminación de los temores requiere una cercanía con Dios porque el perfecto amor echa fuera el temor (p. 106).

Nuestros temores no son desconocidos por Dios, Él sabía que temeríamos en algún momento por eso nos dejó dicho en Su Palabra: ¡No temas! ¡Yo estoy contigo! (p. 106).

Encontramos nuestra identidad en el objeto de nuestra adoración. Por eso es que nuestra identidad está ligada a la obra de Cristo, a lo que hemos recibido de Él (p. 116).

En su gracia y amor, Dios nos ha dado el evangelio, el cual es una buena noticia para un alma sedienta de aprobación y temerosa al rechazo (p. 127).

Necesitamos crecer en el temor a Dios. Entre más conocemos a Dios y crecemos en el temor a Él, más disminuirá el temor que experimentamos hacia las personas (p. 140).

Nuestro entendimiento sobre el temor a Dios determinará la manera en que nos relacionamos con Él, pero también con las demás personas (p. 142).

Conocer a Dios nos lleva a temerlo. Es un temor santo y reverente que nos hace anhelar estar cerca de Dios porque lo sembró en nuestros corazones para acercarnos a Él (p. 143).

Temer a Dios es una obra de gracia de Él hacia nosotras (p. 143).

Lo más maravilloso no es solo que podamos acercarnos a Dios porque lo conocemos y le tememos, sino porque somos conocidas por Él (p. 143).

No somos un número más entre millones de personas; somos hijas de Dios, quien nos pensó, nos eligió, nos trajo a Él y no pasamos desapercibidas ante Él (p. 155).

Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando