Todo cristiano debe ser discipulado. Somos llamados a ser y hacer discípulos. Ese es el ADN del mandato de nuestro Señor para nosotros (Mt. 28:18-20). El hecho de que no siempre busquemos cumplir la Gran Comisión habla de la gran necesidad que tenemos de meditar en estas cosas.
Para hablar sobre el tema del discipulado, tuve la oportunidad de entrevistar a Otto Sánchez, pastor de la Iglesia Bautista Ozama y miembro del consejo pastoral de Coalición por el Evangelio. Nos platicó acerca de la importancia de asistir a una congregación y ser discipulado, así como de su nuevo libro, “Hacia la meta”.
1. ¿Cómo surgió en usted la inquietud de escribir un libro como “Hacia la meta”? ¿Qué necesidad cree que suple para la Iglesia?
Siendo pastor por más de 25 años me di cuenta que, al igual que nosotros, otras iglesias no tenían un plan de discipulado para instruir no solo al nuevo convertido, sino también al que llega de otra congregación. “Hacia la meta” es un material diseñado y preparado para plantadores iglesias, para pastores que llegan a una nueva iglesia y quieren asegurarse de que todos reciban las mismas instrucciones, para el estudio en las escuelas bíblicas, para instruir a los nuevos convertidos, para grupos pequeños, para la lectura individual, y para obsequiarlo a alguien para que sea instruido en la Palabra de Dios.
2. En nuestros tiempos de escepticismo y de conexión virtual, la idea de que “yo no necesito ir a la iglesia para ser cristiano” prevalece; ¿qué puede decirnos acerca de la importancia que el discipulado en la iglesia local tiene para el creyente? ¿Puede ser alguien verdaderamente discipulado a través de Internet?
Ciertamente el mundo ha creado condiciones para el individualismo, tratando de sustituir las relaciones afectivas físicas por relaciones afectivas virtuales. Sin embargo, la necesidad de exponernos unos a otros es parte de nuestro diseño y nada (aunque compita) puede sustituir lo que Dios ha diseñado. El discipulado bíblico es un medio de gracia tanto para el maestro como para el discípulo. Ambos crecen, ambos se relacionan, y eso es parte del plan de Dios.
3. ¿Cuáles son algunos de los peligros que los cristianos enfrentan al ignorar la necesidad de ser discipulados continuamente?
Lo primero es que ignoran el plan de Dios. El discipulado es el medio para crecer en el conocimiento y relación amorosa con Dios. El discipulado no es una clase: es un acompañamiento para que los maestros y discípulos crezcan en Cristo. El mayor peligro de ignorar este mandato es la desobediencia misma a lo que Dios ha establecido (Mateo 13:52; 28:19; Hechos 14:21). Por esto tenemos cristianos inmaduros, lo que repercute en iglesias débiles y sin compromiso con Cristo y su causa.
4. El libro contiene un resumen al final de cada capítulo, además de preguntas para estudiar, y devocionales diarios. Coméntenos un poco acerca de la dinámica de lectura y de cómo podemos aprovechar al máximo todos los recursos que nos ofrece.
Quisimos hacer un recurso ortodoxo y confiable, enmarcado en una didáctica fácil y ágil. Cada capítulo tiene cinco partes: el tema, el bosquejo del capítulo, preguntas de repaso, un resumen del capítulo, y unas lecturas devocionales sobre lo estudiado. El propósito es que el lector lea y refuerce lo estudiado. Además, el resumen del capítulo ayuda a que el lector también pueda usar esa guía para instruir a los demás.
5. ¿Qué espera que el lector se lleve al concluir la lectura de “Hacia la meta”?
Al terminar de leer y estudiar “Hacia la meta”, el lector tendrá un conocimiento valioso de los pilares de la fe cristiana comenzando desde la creación, hasta la historia de la Iglesia y nuestros días. Creo que el lector se sentirá motivado, porque el libro es fácil de leer y le ayuda a la devoción y el conocimiento de Dios.
6. ¿Cuál es su consejo para los pastores que estén buscando fortalecer el discipulado en su congregación?
Quiero que los pastores compren el libro para que, por los principios bíblicos allí expuestos, puedan observar los beneficios en la iglesia local y en sus vidas del estudio de la Palabra de Dios de una manera dinámica, profunda, y sencilla a la vez. Yo escribí “Hacia la Meta”, y cada vez que lo leo me sirve de bendición.