Las palabras supralapsarianismo e infralapsarianismo suelen usarse hoy en el contexto de bromas sobre debates teológicos que parecen no valer la pena. Pocos, no obstante, saben realmente sus significados.[1]
Estas palabras representan dos posturas sostenidas por personas que tienen una postura calvinista acerca de la predestinación (que Dios elige a personas de forma incondicional para la salvación). Se refieren a dos maneras de concebir el orden del decreto divino (el plan eterno de Dios) acerca de la elección, la creación, y la caída. Específicamente, son dos maneras de entender la relación entre la decisión que Dios tomó de predestinar a personas para salvación o perdición, y la de permitir la caída.
Estas palabras vienen del latín: supra significa “sobre”, infra “debajo”, y lapsum “caída”. La cuestión a responder es esta: la decisión divina de predestinar, ¿precede (supra) o sucede (infra) la decisión de permitir la caída (lapsum)? De esto se trata el debate.
Diferencias entre las posturas
Aclaremos un poco. La diferencia entre estas dos posturas no se trata de si Dios decretó o no la entrada del pecado en el mundo. La postura calvinista cree que Dios planificó todo lo que pasa en la historia, inclusive el pecado, aunque Dios no es en ningún momento el autor o la causa de ello. La diferencia entre estas dos posturas tampoco se trata de la cronología. El orden en cuestión no es de secuencia temporal, porque el decreto de Dios es eterno en su totalidad, no tiene ninguna progresión en el tiempo.
Más bien, la diferencia entre la postura supralapsariana y la infralapsariana tiene que ver con el orden lógico del decreto, con la relación lógica entre las decisiones que Dios tomó en la eternidad pasada.
El supralapsarianismo sostiene que Dios planificó su actuación procediendo desde el fin o la meta que tuvo en mente hasta los medios necesarios para conseguirlo. Esta postura supone el siguiente orden lógico en el plan eterno de Dios:
- Glorificarse a sí mismo en la predestinación (elección y reprobación)
- Crear los seres humanos
- Permitir la caída (lapsum)
- Justificar a los elegidos por medio de Cristo y condenar a los reprobados.
En cambio, el infralapsarianismo sostiene que el decreto de Dios sigue más bien un orden similar a su ejecución en la historia. Según esta postura, sus decisiones siguieron este orden lógico:
- Crear los seres humanos
- Permitir la caída (lapsum)
- Predestinar para salvación a algunos y dejar a otros en pecado (elección y reprobación)
- Justificar a los elegidos en Cristo y condenar a los demás.
Resumiendo: la postura supralapsariana coloca la decisión de predestinar lógicamente antes de la de permitir la caída, y la postura infralapsariana la coloca después.
Considerar las diferencias entre estas posturas teologícas nos puede ayudar a refinar nuestras ideas acerca de quién es Dios y cómo es su decreto
Puntos a favor y en contra
Por un lado, se puede apoyar el supralapsarianismo apelando a textos como Romanos 9:19-24 que enfatizan la soberanía de Dios. También se puede argumentar que esta postura es más lógica porque resalta el fin principal que Dios tenía en mente en su decreto: su propia gloria. No obstante, el supralapsarianismo está abierto a crítica porque, según su presentación, Dios no tiene en mente a personas concretas cuando decide elegir porque todavía no había decretado la creación de estas.
Por otro lado, se puede apoyar el infralapsarianismo apelando a textos como Efesios 1:3-12 que contemplan a los objetos de la predestinación divina como seres pecaminosos. Esto implicaría que la decisión de permitir la caída precedió la decisión de elegir en la mente de Dios. También se puede argumentar que esta postura refleja el desarrollo histórico de la historia de la salvación y resalta la misericordia de Dios (porque Dios elige a personas caídas). En contra, se puede argumentar que, bajo esta representación del decreto, podría parecer que la reprobación fuera solamente una respuesta a la injusticia humana, no parte del beneplácito de Dios.
¿Vale la pena la discusión?
La mayoría de los reformados se inclinan por la postura infralapsariana. Esta es la postura en la Confesión de fe de Westminster y los Cánones de Dort. No obstante, nunca se ha excluido el supralapsarianismo dentro de la tradición reformada, y esta postura siempre ha tenido algunos defensores.
Personalmente me decanto por el infralapsarianismo porque refleja que Dios predestina a seres humanos contemplándolos como pecadores. Sin embargo, no creo que podamos ser dogmáticos en este tema, porque el debate necesariamente incluye algo de especulación. Además, ambas posturas contemplan el mismo misterio, quizá desde perspectivas diferentes.
¿Vale la pena hablar de estos ismos? Aunque hay muchos temas de mayor importancia doctrinal que este, considerar las diferencias entre supra e infra nos puede ayudar a refinar nuestras ideas acerca de quién es Dios y cómo es su decreto. Aunque considero que la idea infralapsariana es mejor, hay algo de verdad en ambas:
- El supralapsarianismo nos recuerda que Dios tuvo en mente el fin de glorificarse a sí mismo al decretar la creación
- El infralapsarianismo nos recuerda la respuesta misericordiosa de Dios al pecado.
[1] Para más información sobre este tema aparte de lo mencionado en este artículo, recomiendo ver el capítulo sobre la predestinación en L. Berkhof, Teología sistemática.