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Mi más grande necesidad en la universidad

Me gradué de una universidad cristiana conservadora hace tres años. Desde entonces me he quedado perplejo y profundamente entristecido por el número de mis compañeros de clase que han concedido las verdades del evangelio.

Resulta que los líderes de mi iglesia tenían razón cuando me dijeron a mí y a otro estudiante: “Para nosotros, el éxito no es hacerte llegar a un punto donde compartas tu fe todos los días, o dirijas grandes estudios bíblicos, o seas el estudiante con la teología más profunda. No. El éxito para nosotros será verte caminando con Jesús en diez, veinte, o treinta años. Eso es lo que queremos más que nada”.

Aunque estoy lejos de la marca de 30 años, hoy camino con Jesús. Pero las decisiones de muchos de mis compañeros de clase me preocupan profundamente. Es desgarrador verlos alejarse del mayor tesoro en todo el mundo.

Pero me preocupa por otra razón más profunda. Me preocupa porque conozco mi propia debilidad. Siento mi propia capacidad para el pecado.

Al ver a varios amigos renunciar a verdades fundamentales del evangelio, tuve que preguntarme: ¿Por qué no me pasó a mí? Siendo un joven de 18 y 19 años, ¿qué me mantuvo? ¿Por qué no cedí al ataque cultural, deseché mi fe, y me volví como el mundo? ¿Y qué sigue manteniéndome ahora?

Respuesta: la iglesia local.

Influencia instrumental

No me malinterpreten: creo que Dios guarda a su pueblo (Fil. 1:6). No estoy sugiriendo que la institución de la iglesia de alguna manera reemplaza “al que comenzó en ustedes la buena obra”. Pero la iglesia local es el contexto en el que Dios mantiene fiel a su pueblo hasta el final. El cristianismo solitario no es solo un cristianismo peligroso; es cristianismo que no es bíblico.

La iglesia fue un instrumento en la mano de Dios para preservar mi fe, y también una plataforma de lanzamiento al ministerio.

La iglesia fue un instrumento en la mano de Dios para preservar mi fe, y también una plataforma de lanzamiento al ministerio. Estoy involucrado en la plantación de iglesias debido a la influencia de mi iglesia en la universidad.

Vale la pena mencionar que fui parte de un ministerio estudiantil en la universidad. Pero este era un ministerio de la iglesia donde yo era miembro; funcionaba bajo la autoridad de los ancianos de la iglesia. Así que sabía que la participación en el ministerio era participación en la iglesia.

Pero el hilo común que recorre la historia de muchos de mis compañeros de clase es este: ellos nunca invirtieron en una iglesia.

Aquí hay cuatro razones por las cuales cada cristiano, especialmente el estudiante universitario, debería priorizar la membresía activa en una iglesia local.

1. Resistencia duradera.

Todos y cada uno de los ministerios universitarios, sin importar cuán grande sean, tienen un rango de vida. Un estudiante pasará tres, cuatro, o tal vez cinco años en la universidad, lo que significa que solo se puede conectar con un ministerio universitario durante ese período de tiempo. Incluso la influencia del ministerio universitario más grande del mundo está limitada a unos pocos años.

No es así con la iglesia local. Si queremos ver estudiantes caminando con Jesús mucho después de cruzar la etapa de graduación, nuestra prioridad debe ser conectarlos al lugar que tiene influencia perdurable.

Para un joven de 18 años sin una eclesiología robusta, es probable que la iglesia local parezca poco atractiva en comparación con muchos ministerios universitarios.

Desafortunadamente, muchos ministerios universitarios permanecen aislados de las iglesias en su área. Se hace poco esfuerzo para conectar a los estudiantes con las iglesias. En mi universidad, una lista obsoleta de iglesias que nadie miraba estaba clavada sobre un tablón de anuncios.

Además, para los nuevos estudiantes de primer año de universidad, ¿cómo no habría de gustarles el ministerio universitario? Ofrecen eventos divertidos, emocionantes, y centrados en el estudiante. Y una reunión semanal de un gran grupo es básicamente lo mismo que una reunión de la iglesia dominical, ¿no?

Por supuesto, existen grandes diferencias entre una iglesia local y un ministerio universitario. Entre otras cosas, solo uno ha sido instituido por Dios y tiene garantizado el éxito final (Mt. 16:18).

Pero ¿saben esto la mayoría de los jóvenes de 18 años? Seguro que yo no lo sabía. Para un joven de 18 años sin una eclesiología robusta, es probable que la iglesia local parezca bastante poco atractiva en comparación con muchos ministerios universitarios. Yo no confiaría en mí mismo a la edad de 18 años para elegir sabiamente entre los dos.

2. Sabiduría intergeneracional.

No puedo enfatizar lo suficiente el significado de una vida ordinaria que se vive junto a individuos y familias que atesoran a Jesús.

Uno de los efectos más profundos de la iglesia en mí como estudiante fue su naturaleza intergeneracional. Durante algunos de los años más formativos de mi vida pude pasar tiempo con familias que estaban siendo moldeadas por el evangelio. Vi a esposos amando a sus esposas, a padres que dirigían a sus familias, a madres administrando sus hogares, y a niños criados bajo el “temor e instrucción del Señor” (Ef. 6:4). No puedo enfatizar lo suficiente el significado de una vida ordinaria que se vive junto a individuos y familias que atesoran a Jesús.

Los domingos por la mañana, después de nuestra reunión en la iglesia, solía ir y hablar con Jim, un santo de 83 años que había estado caminando con Jesús por más de seis décadas. Le preguntaba cómo había estado su semana y le contaba sobre la mía.

¿Podría haber hecho eso con un compañero estudiante? Sí. ¿Hubiéramos tenido más de qué hablar? Probablemente. ¿Hubiera sido más cómodo? Sí, la mayor parte del tiempo.

Pero un compañero estudiante no podría ofrecerme la sabiduría fundamentada en décadas de caminar con Cristo, y aplicarla a mi vida. Jim podía hacerlo, y había muchos “Jims” en mi iglesia local que fielmente me alentaron cuando era estudiante.

3. Discipulado intencional.

La iglesia local es el contexto principal para el discipulado. Es en la iglesia local donde los santos se equipan y el cuerpo de Cristo se edifica (Ef. 4:12). Es en la iglesia donde los ancianos han sido designados para cuidar del rebaño de Dios (1 Ti. 3:1-7).

Siendo estudiante, era más probable que un anciano me hiciera seguimiento que un compañero (incluso si veía al alumno a diario, y al anciano solo una o dos veces por semana). No es de sorprender que un anciano fuera más fiel en mi pastoreo que un compañero de estudios.

4. Envío significativo.

La iglesia local también fue el medio principal por el cual Dios me llamó a las naciones. Ahora vivo y trabajo en una ciudad del norte de Inglaterra, donde formo parte de un equipo de plantación de iglesias con el objetivo de llegar a las personas no alcanzadas con el evangelio.

Debemos guiar a los estudiantes hacia la iglesia local mientras son estudiantes. No es suficiente asumir que se comprometerán después de la universidad.

Si no fuera por mi iglesia en la universidad, definitivamente yo no estaría aquí. Ella fue instrumental —en todo el sentido de la palabra— en mi despliegue a las naciones. No solo fui entrenado y equipado a través de mi iglesia, sino que también fui enviado por mi iglesia, bajo su autoridad y con su bendición.

Si queremos que los estudiantes caminen con Jesús durante todo el tiempo que Dios les dé (tanto en la universidad como fuera de ella), debemos guiar a los estudiantes hacia la iglesia local mientras son estudiantes. No es suficiente asumir que se comprometerán después de la universidad.

Si esperamos, podría ser demasiado tarde. No permitamos que eso suceda.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Román Gonzáles.
Imagen: Lightstock.
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