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Hace algunos días, los hombres que aspiran a convertirse en compañeros de fórmula de Donald Trump han competido para ver quién puede ser más proelección en cuanto al aborto.

El senador de Florida, Marco Rubio, copatrocinó anteriormente la legislación federal que prohibiría el aborto después de las quince semanas. Pero cuando se le preguntó recientemente si la plataforma del partido republicano debería incluir un llamado a prohibir el aborto, dijo: «Creo que nuestra plataforma tiene que reflejar a nuestro candidato» (refiriéndose y alineándose con la objeción de Trump a una prohibición federal del aborto). Para no quedarse atrás, el senador de Ohio, J. D. Vance, dice que apoya el acceso a la píldora abortiva mifepristona (refiriéndose al apoyo de Trump a la píldora abortiva y alineándose con él). Ellos probablemente sabían que pronto se aprobaría la plataforma del partido republicano y que, por primera vez en cuarenta años, reflejaría una postura favorable al aborto.

En la novela de Ernest Hemingway, The Sun Also Rises [Publicada en español como: Fiesta], un personaje le pregunta a otro: «¿Cómo te arruinaste?». El otro responde: «De dos maneras. Poco a poco, y luego de repente». La misma respuesta podría darse a los conservadores sociales que se preguntan cómo el partido republicano se convirtió en proelección. Ocurrió gradualmente durante algún tiempo. Pero entonces sucedió de repente.

Antes de analizar cómo sucedió, empecemos con las definiciones básicas. La creencia en el valor inherente y la dignidad de la vida humana es fundamental para la ética provida. El reconocimiento de que la vida es sagrada desde la concepción hasta la muerte natural sustenta todo el movimiento. En lo que respecta al aborto, el punto de vista provida consiste en apoyar los límites y las restricciones al aborto de todas las formas posibles, con el objetivo fundamental de poner fin a esta práctica. En contraste, la postura proelección consiste en apoyar que el aborto siga siendo legal y accesible, normalmente dentro de ciertos límites gestacionales.

Estas posiciones son binarias. Una persona o es provida o es proelección. Del mismo modo que no se puede estar «un poco embarazada», tampoco se puede ser «un poco proelección». Una vez que apoyas el aborto en cualquiera de sus formas, pierdes el derecho a la etiqueta provida. Según esta norma, el partido republicano fue una vez provida y cambió —gradualmente, y luego de repente— a ser proelección.

De la plataforma a la personalidad

El primer paso gradual fue alinear la plataforma política con las opiniones personales del candidato presidencial del partido.

Hasta hace poco, el partido republicano era oficialmente un partido político provida. Aunque la plataforma del partido no es vinculante para el candidato presidencial ni para ningún otro político, los politólogos descubrieron que, desde 1980 hasta 2004, los legisladores demócratas y republicanos del Congreso votaron de acuerdo con sus plataformas aproximadamente el 82 % de las veces.

En 1980, el candidato republicano Ronald Reagan presionó para que se modificara el lenguaje sobre el aborto en la plataforma del partido republicano para que fuera más provida. Aunque conservó parte del lenguaje incluyente añadido en 1976 con la intención de apaciguar a todas las partes, la plataforma apoyó una enmienda constitucional contra el aborto y los esfuerzos para reducir el flujo de dinero de los contribuyentes a los servicios de aborto. También se comprometía a nombrar jueces que «respeten la santidad de la vida humana inocente».

En todas las plataformas hasta 2016 se incluyó un lenguaje similar a favor de la vida. Pero en los meses previos a la convención de 2020, Jared Kushner, yerno y principal asesor del presidente, trabajó con funcionarios de la campaña para revisar la plataforma del partido. Kushner, demócrata de toda la vida, se opuso al lenguaje socialmente conservador que ofendía a los republicanos homosexuales, como «Apoyamos el derecho de los padres a determinar el tratamiento médico y la terapia adecuados para sus hijos menores».

Los activistas conservadores se mostraron consternados por esta medida, por lo que la campaña de Trump tomó un camino diferente y optó por no redactar una nueva plataforma en absoluto, simplemente reutilizarían el documento de 2016. En lugar de enumerar lo que el partido defendía, emitieron una resolución en la que afirmaban que «el partido republicano ha apoyado y seguirá apoyando con entusiasmo la agenda “Primero Estados Unidos” del presidente».

¿La «agenda Primero Estados Unidos» de Trump sigue oponiéndose al aborto? Sí, pero solo en las últimas etapas del embarazo. El pasaje completo de la nueva plataforma del partido republicano sobre el aborto dice:

Defendemos con orgullo la familia y la vida. Creemos que la 14ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos garantiza que a ninguna persona se le puede negar la vida o la libertad sin el debido proceso y que, por tanto, los estados son libres de aprobar leyes que protejan esos derechos. Después de 51 años, gracias a nosotros, ese poder ha sido otorgado a los estados y al voto del pueblo. Nos opondremos al aborto tardío a la vez que apoyamos a las madres y las políticas que promueven la atención prenatal, el acceso al control de natalidad y la fecundación in vitro (tratamientos de fertilidad).

Este es un lenguaje proelección, en consonancia con la posición proelección de Trump. El truco está en que parece afirmar que la 14ª Enmienda se aplica a los no nacidos. Pero si el partido republicano cree que eso es cierto, entonces el gobierno federal, y no solo los estados, tiene el deber de proteger la vida. La plataforma no hace tal cosa. Apoya ampliamente la fecundación in vitro (incluso cuando causa la muerte de un niño) y solo se opone al aborto tardío.

El teorema que explica la política abortista

Así que ese proceso se produjo gradualmente. Luego ocurrió de repente.

En 2023, Trump dijo que estaba orgulloso de ser «el presidente más provida» de la historia de Estados Unidos. Pero pronto quedó claro que nunca había abandonado sus anteriores valores a favor del aborto (en 1999, cuando anunció que planeaba presentarse a la presidencia de Estados Unidos como candidato por el partido reformista, se describió a sí mismo como «muy proelección», incluso llegando a afirmar que apoyaba el aborto de nacimiento parcial).

En septiembre de 2023, Trump dijo sobre un proyecto de ley en Florida que prohibía el aborto a las seis semanas: «Creo que lo que [Ron DeSantis] hizo [al firmar el proyecto de ley] es algo terrible y un terrible error». Luego, en abril de 2024, Trump se negó a respaldar una prohibición federal del aborto, diciendo que el tema debería dejarse en manos de los estados. Para asegurarse de que los votantes supieran cuál era su postura, durante el reciente debate, Trump dijo que preservaría el acceso al fármaco abortivo mifepristona y que no es partidario de criminalizar el envío por correo de píldoras abortivas, ni de que la Administración de Alimentos y Medicamentos rechace la aprobación reglamentaria del fármaco.

En una reunión con los republicanos de la Cámara de Representantes en junio, «Trump instó a los legisladores a hablar “correctamente” sobre el tema del aborto, enmarcándolo como un asunto de cada estado y destacando su apoyo a las excepciones para las prohibiciones del aborto. Trump advirtió que el tema del aborto le ha “costado” políticamente al partido republicano y es “demasiado importante para ignorarlo”».

Puede que Trump nunca haya oído hablar del teorema del votante mediano, pero ese es el concepto al que apela. Este concepto clave de la ciencia política fue propuesto por primera vez por Duncan Black en 1948. El teorema afirma que en un país donde la gente vota y hay dos partidos políticos principales, ambos partidos suelen intentar atraer al votante de centro (mediano). Lo hacen porque quieren ganar las elecciones. Por eso, en lugar de tener opiniones extremas, suelen optar por posiciones intermedias con las que la mayoría de la gente puede estar de acuerdo. De este modo, esperan conseguir el mayor número de votos y ganar.

Basándonos en este teorema, podemos predecir cómo actuarán tanto los votantes como los partidos políticos. Si un partido se posiciona a la izquierda o a la derecha del votante medio, el otro partido puede obtener una ventaja acercándose a la posición del votante promedio. Esto crea una presión para que ambos partidos converjan hacia el centro electoral, cerca de la posición del votante medio.

¿Qué impide que ambos partidos converjan en la posición del votante medio? El principal obstáculo es que haya un número suficiente de votantes interesados en un único tema y que estén dispuestos a anteponer sus principios a un partido político, desertando en lugar de ceder.

Para ilustrar este concepto, consideremos un ejemplo relacionado con la política sobre el aborto. Imaginemos un estado en el que el votante medio apoya en general la restricciones moderadas al aborto. Según el teorema del votante medio, ambos partidos políticos deberían converger en esta posición para maximizar sus posibilidades de ganar. Sin embargo, este cambio no siempre se produce en la práctica debido al poder y la influencia de los votantes de un solo tema.

Digamos que el Partido A ha sido tradicionalmente muy provida, mientras que el Partido B ha sido más proelección. Si el Partido A se acerca demasiado al centro, esto es lo que podría ocurrir:

Un grupo de apasionados provida (votantes de un solo tema) podría sentirse traicionado por el cambio del Partido A hacia políticas más favorables al aborto. Estos votantes se preocupan tanto por el tema que están dispuestos a votar a un candidato de un tercer partido que mantenga una postura firme a favor de la vida, o incluso abstenerse de votar. El Partido A se da cuenta de que, si se mueve hacia el centro, corre el riesgo de perder a estos partidarios tan entregados, lo que podría costarle las elecciones. Por ello, el Partido A decide mantener una postura más provida que la que prefiere el votante medio, para evitar que estos votantes monotemáticos deserten.

Por su parte, el Partido B también evita moverse hacia el centro, ya que tiene sus propios votantes monotemáticos (activistas proelección) que desertarían si el partido se volviera demasiado favorable a la causa provida. En este escenario, la presencia de estos votantes monotemáticos con principios en ambos bandos impide que los partidos converjan plenamente en la posición del votante medio. En su lugar, los partidos mantienen cierta distancia entre sí para conservar a sus principales partidarios, aunque ello signifique no alinearse perfectamente con el votante medio.

Este ejemplo demuestra cómo los votantes apasionados y con principios pueden influenciar las posiciones de los partidos e impedir la convergencia completa que predice una interpretación simple del teorema del votante medio.

Sin embargo, hay que recordar que los candidatos y los partidos suelen estar menos preocupados por los problemas que por ganar elecciones. Por lo tanto, siguen teniendo incentivos para atraer al votante medio y ganar la mayoría de los votos siempre que sea posible. Su estrategia óptima consiste en atraer al votante medio y evitar al mismo tiempo la deserción de los votantes centrados en un único tema.

Eso es lo que el partido republicano tiene éxito en hacer cuando se trata del aborto. Han hecho posible que Trump abandone su apoyo a los principios provida, mientras que los votantes abandonan sus principios provida para apoyar a Trump.

Tres pasos

Esta es la razón por la que el partido republicano ha tenido tanto éxito aplicando esa estrategia.

1. La decisión en el caso Dobbs movió al votante medio.

En la actualidad, alrededor del 63 % de los estadounidenses (incluido uno de cada cuatro evangélicos blancos) opina que el aborto debería ser legal en todos o en la mayoría de los casos. Solo el 36 % de los estadounidenses dice que debería ser ilegal en todos o en la mayoría de los casos. La posición media de los votantes sobre el aborto es que el aborto sea legal en todos o en la mayoría de los casos.

¿Pero qué pasa con los votantes motivados por un tema específico? Antes de que la sentencia del caso Dobbs anulara Roe contra Wade en 2022, los votantes de un único tema sobre el aborto se inclinaban hacia el lado provida. En 2020, alrededor del 13 % de los votantes se identificaron como provida y solo apoyaron a candidatos con la misma posición. En comparación, solo el 10 % de los votantes dijeron que estaban a favor del aborto y solo votarían por aquellos con las mismas creencias.

Hoy en día, ese equilibrio ha cambiado. Casi uno de cada cuatro (23 %) votantes registrados son proelección y solo votarán a candidatos que compartan sus puntos de vista sobre el aborto. En cambio, solo un 8 % de los votantes provida se negarán a votar a un candidato proelección, como Trump o Biden.

2. Las principales organizaciones provida han señalado que apoyarán a candidatos proelección.

Las encuestas muestran que pocos estadounidenses desertarán y se negarán a votar a candidatos proelección. Pero ¿qué pasa con los líderes provida? Desgraciadamente, una de las razones principales de las encuestas y de que el partido republicano pueda girar a la izquierda en materia de aborto es que ha recibido cobertura de organizaciones nacionales «provida».

Muchos grupos, como Susan B. Anthony Pro-Life America, Students for Life, Faith and Freedom Coalition, Family Research Council, National Right to Life y CatholicVote confirmaron anteriormente que Trump seguía contando con su apoyo, a pesar de su acogida al derecho al aborto. El día en que se hizo público el borrador de la plataforma, el presidente de Susan B. Anthony Pro-Life America y el director general de Americans United for Life se unieron a otros grupos para enviar una carta al comité nacional republicano en la que decían: «Apoyamos la visión del presidente Trump y su compromiso reflejado en la plataforma con las causas que millones de estadounidenses tanto aprecian: proteger la vida y promover la familia» (Para efectos de transparencia: una vez trabajé a tiempo completo para el Family Research Council y realicé trabajos como contratista para Americans United for Life y Susan B. Anthony Pro-Life America).

Solía ser inconcebible que Susan B. Anthony Pro-Life America, una de las organizaciones más grandes y mejor financiadas, apoyara a un candidato proelección. En 2023, ellos incluso hicieron planes para oponerse a cualquier candidato presidencial que «se negara a aceptar» un límite federal de quince semanas para el aborto. Pero cedieron rápidamente cuando Trump dejó claro que no apoyaba tal límite. Trump cambió de opinión, así que ellos cambiaron sus principios.

La justificación que dan estas organizaciones para anteponer un partido político a sus principios provida es apelar al pragmatismo. Recurren al razonamiento de que como «el otro bando es peor», no pueden permitirse desertar. Semejante ingenuidad política es asombrosa y un catalizador del progresismo político. Al proclamar abiertamente que el partido republicano nunca perderá su apoyo (y sus votos) mientras los demócratas sean marginalmente peores, están dando cobertura a los políticos republicanos para que abracen las políticas proelección. Lo vemos claramente en el último borrador de la plataforma del partido republicano.

Aquí radica la diferencia clave entre los activistas provida y los proelección. Los activistas proelección reconocen que están en el extremo izquierdo del voto medio sobre el aborto, pero obligan a los políticos demócratas a atender sus demandas amenazándoles con no apoyarles. Los demócratas saben que si sus votantes monotemáticos sobre el aborto desertaran, perderían las elecciones.

Planned Parenthood y otros defensores del aborto lo saben y lo utilizan a su favor. También están dispuestos a hacer algo que los grupos provida consideran impensable: perder a corto plazo (uno o dos ciclos electorales) para hacer avanzar su causa a largo plazo.

Sería inconcebible que Planned Parenthood siguiera apoyando a Biden si de repente se opusiera al derecho al aborto. Sin embargo, muchos grupos presuntamente conservadores ofrecen una excusa poco convincente: «¿Qué otra opción tenemos? El otro bando es peor».

3. Los demócratas se mantuvieron firmes en su extremismo abortista.

La plataforma del partido demócrata mantiene la posición extrema de oponerse a todas las leyes federales y estatales que prohíben o restringen el aborto. Irónicamente, esta posición ayuda a incentivar al partido republicano a ser más favorable al aborto, como vemos en la plataforma modificada. El partido republicano puede moverse hacia la izquierda en este tema hasta que llegue a un punto en el que esté más en línea con el votante medio. Lo vemos en su posición actual de oponerse únicamente al aborto «tardío».

El resultado es que el partido republicano puede seguir alejándose en el futuro de las posiciones provida, si eso le ayuda a ganar elecciones. Por ejemplo, imaginemos dos votantes que defienden un único tema, uno que apoya y otro que se opone a los abortos con medicamentos (es decir, los abortos que se producen por tomar píldoras abortivas). El aborto farmacológico representa en la actualidad alrededor del 54 % de todos los abortos y ha ido en aumento desde la decisión en el caso Dobbs.

Dado que la posición oficial del partido republicano es apoyar lo que Trump quiera, el partido republicano ahora apoya oficialmente la legalización de las píldoras abortivas. El votante que defiende el aborto con medicamentos tiene dos opciones: votar a los demócratas o a los republicanos. Sin embargo, el votante que se opone al aborto con medicamentos no tiene a quién recurrir. Y si deserta (no votando o votando a un tercer partido), será tratado como un paria y se le dirá que está ayudando a los demócratas a ganar.

La realidad, sin embargo, es que quienes se niegan a desertar están apoyando tácitamente el giro del partido republicano hacia la izquierda política. Y no solo en lo que respecta al aborto. El partido republicano está aprendiendo rápidamente que «no puedes desertar porque los demócratas son peores» es un mensaje ganador que mantiene a raya a los conservadores sociales. Mientras el partido siga siendo marginalmente mejor que los demócratas en cuestiones como la identidad de género, el partido es libre de adoptar cualquier postura que atraiga al votante marginal (que tiende a oponerse a las políticas socialmente conservadoras).

¿Es hora de la inacción (por convicción)?

¿Hay algo que se pueda hacer? El año pasado, sugerí que si estábamos presenciando el final político del movimiento provida, podría ser el momento de abandonar a aquellas organizaciones, líderes y políticos que cedieron y nos llevaron a este punto. Propuse que quizá tuviéramos que reemplazarlos en masa, encontrar y promover a quienes estuvieran verdaderamente dispuestos a luchar por los no nacidos, en lugar de promover a quienes se doblegaran ante un partido político.

Quizás soy ingenuo, pero sigo creyendo que los votantes provida (y otros conservadores sociales) se darán cuenta de que sus opciones son un partido político que quiere abrazar el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la transexualidad hoy, y un partido político que cree que es electoralmente prudente adoptar esas políticas la semana que viene.

Aún tenemos la opción de desertar, temporalmente, hasta que se nos trate como votantes cuyas opiniones son valoradas. Todavía podemos abrazar la inacción por convicción como la solución dolorosa a corto plazo para arreglar el problema a largo plazo. Todavía podemos evitar que nuestra vida política sea una elección entre dos sabores de progresismo antihumano. Podemos hacer esto, pero la cuestión sigue siendo si tenemos la valentía y la voluntad política de tomar esa decisión.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Eduardo Fergusson.
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