Este es un fragmento adaptado del libro Doctrina bíblica (Vida, 2005), por Wayne Grudem.
¿Por qué debemos tomar parte en el proceso de recoger y resumir las enseñanzas de muchos pasajes bíblicos individuales sobre temas particulares? ¿Por qué no seguir simplemente leyendo la Biblia regularmente todos los días de nuestra vida?
La razón básica para estudiar teología sistemática
La razón más importante para estudiar la teología sistemática es que nos capacita para obedecer el mandamiento de Jesús de enseñar a los creyentes a observar todo lo que Él nos mandó (Mt. 28:19-20). Enseñar todo lo que Jesús nos mandó quiere decir mucho más que meramente enseñar las palabras que dijo mientras anduvo en la tierra.
Lucas implica que el libro de Hechos contiene la historia de lo que Jesús continuó haciendo y enseñando por medio de los apóstoles después de su resurrección (note que Hechos 1:1 dice que el Evangelio de Lucas registra “todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar”). “Todo lo que Jesús mandó” puede también incluir las Epístolas, puesto que fueron escritas bajo la supervisión del Espíritu Santo y también se tenían como “mandamiento del Señor” (1 Co. 14:37; Jn. 14:26; 16:13; 1 Ts. 4:15; 2 P. 3:2; Ap. 1:1-3).
Así que, en un sentido más amplio, “todo lo que Jesús mandó” incluye todo el Nuevo Testamento. Es más, cuando consideramos que los escritos del Nuevo Testamento muestran la absoluta confianza que Jesús y los escritores del Nuevo Testamento tenían en la autoridad y confiabilidad de las Escrituras del Antiguo Testamento como palabras de Dios, se hace evidente que no podemos enseñar “todo lo que Jesús mandó” sin incluir igualmente todo el Antiguo Testamento (entendido como es debido en las varias maneras en que se aplica a la era del nuevo pacto en la historia de la redención).
La tarea de cumplir la Gran Comisión incluye, por consiguiente, no solo la evangelización sino también la enseñanza. La tarea de enseñar todo lo que Jesús nos mandó es, en un sentido más amplio, la tarea de enseñar lo que nos enseña hoy toda la Biblia. Ahí es donde la teología sistemática se vuelve necesaria: Para enseñarnos efectivamente a nosotros y a otros todo lo que la Biblia completa dice, es necesario compilar y preparar un sumario de todos los pasajes bíblicos respecto a un tema en particular.
La tarea de enseñar todo lo que Jesús nos mandó es, en un sentido más amplio, la tarea de enseñar lo que nos enseña hoy toda la Biblia
Debido a que nadie tendrá el tiempo para estudiar lo que la Biblia como un todo dice respecto a toda cuestión doctrinal que pudiera surgir, es muy útil tener el beneficio del trabajo de otros que han estudiado la Biblia y han hallado respuestas a varios temas. Esta obra nos permite enseñar a otros más efectivamente al dirigirlos a los pasajes más pertinentes y sugerir un sumario apropiado de las enseñanzas de esos pasajes.
Luego, la persona que nos pregunta puede inspeccionarlos rápidamente por sí misma y aprender mucho más rápidamente qué es lo que la Biblia enseña sobre un tema en particular. De este modo, la necesidad de la teología sistemática para enseñar lo que la Biblia dice surge primordialmente debido a que somos finitos en nuestra memoria y en la cantidad de tiempo de que disponemos.
La razón básica para estudiar la teología sistemática, entonces, es que nos permite enseñarnos a nosotros mismos y a otros lo que la Biblia como un todo dice, cumpliendo así la segunda parte de la Gran Comisión.
Beneficios de estudiar teología sistemática
Aunque la razón básica para estudiar la teología sistemática es que se trata un medio de obediencia al mandamiento de nuestro Señor, hay algunos beneficios específicos adicionales que brotan de tal estudio. Estudiar teología nos ayuda a:
Superar nuestras ideas erróneas. Debido a que hay pecado en nuestro corazón, y debido a que tenemos un conocimiento incompleto de la Biblia, todos nosotros nos rehusamos a aceptar ciertas enseñanzas de la Biblia. Por ejemplo, tal vez tengamos solamente una vaga noción de cierta doctrina, lo que hace más fácil la resistencia, o tal vez sabemos solamente un versículo sobre un tema y entonces tratamos de descartarlo.
Es útil vernos frente al peso total de la enseñanza de la Biblia sobre ese tema a fin de que podamos ser persuadidos más fácilmente, incluso contra nuestras inclinaciones equivocadas iniciales.
Tomar mejores decisiones más adelante sobre nuevas cuestiones de doctrina que pudieran surgir. No podemos saber cuáles nuevas controversias doctrinales surgirán en el futuro. Estas nuevas controversias a veces incluirán cuestiones que nadie ha enfrentado muy cuidadosamente antes. Para responder apropiadamente a esas cuestiones los cristianos se preguntan: “¿Qué dice la Biblia como un todo respecto a este tema?”.
Estudiar teología sistemática nos ayuda a superar nuestras ideas erróneas, tomar mejores decisiones, y a crecer como creyentes
Sea las que sean las controversias doctrinales en el futuro, los que han aprendido bien teología sistemática podrán contestar mucho mejor las nuevas preguntas que surjan. Esto se debe a la gran coherencia de la Biblia; todo lo que la Biblia dice se relaciona de alguna manera a todo lo demás que dice la Biblia. Por eso, la nueva pregunta se relacionará con mucho de lo que ya se ha aprendido de las Escrituras.
Mientras mejor se haya aprendido el material anterior, más capaces seremos para lidiar con esas nuevas preguntas. Este beneficio se extiende incluso más. Enfrentamos problemas al aplicar la Biblia a la vida en muchos más contextos que los debates doctrinales formales.
- ¿Qué enseña la Biblia en cuanto a las relaciones entre esposo y esposa?
- ¿Qué enseña en cuanto a criar a los hijos?
- ¿Qué enseña en cuanto a testificar en el trabajo?
- ¿Qué principios nos da la Biblia para estudiar psicología, economía, o ciencias naturales?
- ¿De qué manera nos guía en cuanto a gastar dinero, ahorrarlo, o dar el diezmo?
La Biblia nos da principios para aplicarlos a todos los aspectos de nuestra vida, y los que han aprendido bien las enseñanzas teológicas de la Biblia podrán además tomar decisiones mucho mejores que serán agradables a Dios en estos aspectos éticos prácticos.
Nos ayudará a crecer como creyentes. Mientras más sepamos de Dios, de su Palabra y de sus relaciones con el mundo y la humanidad, más confiaremos en Él, más plenamente le alabaremos y más rápidamente le obedeceremos.
Estudiar teología sistemática como es debido nos hará creyentes más maduros. Si no hacemos esto, no estaremos estudiándola como Dios quiere. Por cierto, la Biblia a menudo conecta la sana doctrina con la madurez del creyente. Pablo habla de “la doctrina que se ciñe a la verdadera religión” (1 Ti. 6:3), y dice que su obra como apóstol era que “mediante la fe, los elegidos de Dios [llegaran] a conocer la verdadera religión” (Tit. 1:1).
En contraste, indica que toda clase de desobediencia e inmoralidad “está en contra de la sana doctrina” (1 Ti. 1:10).