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La hermenéutica bíblica es el estudio de los principios que se utilizan para interpretar la Biblia. Aunque la palabra hermenéutica no aparece de manera explícita en la Biblia, ella sí habla en múltiples pasajes sobre la correcta interpretación del mensaje de Dios.

La hermenéutica es muy importante para la formación del creyente, porque se trata de cómo entender las Escrituras. Si no sabemos cómo interpretarlas, no comprenderemos lo que Dios espera que hagamos. Esto es contrario a lo que Dios desea para nosotros, que incluye conocer su Palabra con precisión, aplicarla en nuestras propias vidas, y enseñarla a otros (Esd. 7:10; 1 Ti. 3:16).

¿Qué significa la palabra hermenéutica?

En la mitología griega, Hermes era el intérprete de los dioses. De su nombre se desprende la palabra griega que se traduce al español como hermenéutica, que se significa “interpretar o traducir”.

En la Biblia, Pablo usa la raíz de esta palabra cuando habla de hermeneia o el don de interpretación de lenguas (1 Co. 12:10). Esta palabra también se usa para dar sentido a un texto de un mismo idioma. En una ocasión Jesús se dirigió a personas que no entendían cómo el Antiguo Testamento (AT) hablaba de Él (Lc. 24:17). Ellos habían leído el AT, lo conocían, pero no lo habían interpretado correctamente. Entonces, Jesús “les declaraba” (explicaba) cómo las Escrituras apuntan a Él. Esta expresión viene de la misma raíz hermeneia.

¿Por qué estudiar hermenéutica?

Dios nos manda interpretar su palabra correctamente (2 Ti. 2:15). Se da por sentado que no siempre va a ser fácil, y es por eso que Pablo nos dice: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad” (2 Ti. 2:15).

Interpretar mal el mensaje central de las Escrituras guía a la perdición (2 P. 3:14-16). Muchos tuercen las Escrituras, y la Biblia es clara en declarar que lo hacen para su propia desgracia. Esto es un fruto de la persona que no tiene el Espíritu Santo, pero también de descuidar el estudio prudente de la Palabra.

Lo que más impide la correcta interpretación de las Escrituras es que la tratamos a nuestro gusto. Cuando dice algo que no nos gusta, lo tergiversamos. Llegamos al texto con muchas presuposiciones y anteponemos nuestros intereses. Cuando no encaja con nuestra teología, entonces adaptamos otras reglas de hermenéutica para que diga lo que queremos que diga.

En nuestros tiempos se dice que el que determina el significado del texto no es el autor, sino el lector. Pero debemos entender que Dios es el único que nos puede hablar de sí mismo. La Biblia es una revelación de Él hacia nosotros. Todo empieza con Él.

Principios de hermenéutica para considerar

Para interpretar bien la Biblia hay que conocer y respetar una serie de principios, entre ellos:

  • El contexto determina el significado del texto.
  • Los pasajes “oscuros” o difíciles deben interpretarse a la luz de los pasajes más claros.
  • Debemos interpretar nuestras experiencias personales a la luz de las Escrituras.
  • La Biblia interpreta a la Biblia misma.
  • Debemos tener en mente el contexto histórico de cada texto, y cómo lo leyeron el autor y su audiencia original.

Además de esto, la teología bíblica muestra que la Biblia no es una serie de “cómo hacer esto o aquello”, sino una presentación de cómo Dios nos ha salvado, y cómo nos lo revela a través de la persona y obra de su Hijo Jesucristo. Él es el mensaje de todas las Escrituras.

El AT apunta hacia el Cristo que habría de venir y el Nuevo Testamento apunta hacia el Cristo que ya vino. Él es nuestra base y el principio hermenéutico unificador de las Escrituras. Toda la Biblia testifica de Él (Jn. 5:39-40). La Biblia no se trata primeramente de nosotros, sino de Jesús.

Sin duda, el Dios que inspiró las Escrituras espera que honremos el mensaje que originalmente dio para el beneficio de la humanidad y Su gloria.

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