Mis pastores no han sido famosos como John Macarthur, John Piper, o Paul Washer, pero doy muchas gracias al Señor por ellos. Se trata de cuatro perfectos desconocidos que no tienen canales en Youtube, ni han escrito libros o predicado en conferencias, pero ¡cómo me han enseñado! Pensando en eso, me gustaría compartirte cinco razones para agradecer a Dios por y respetar a tus pastores locales:
1. Tu pastor ora por ti.
Por mucho que admire a MacArthur y a Piper, ¡ellos no saben quién soy! Por tanto, no oran por mí como lo hace mi pastor.
¿Cómo no ser agradecidos y retribuir amor, sujeción, y obediencia a alguien que dedica tiempo para orar por nosotros? Como enseña Hebreos 13:17,
“Obedezcan a sus pastores y sujétense a ellos, porque ellos velan por sus almas, como quienes han de dar cuenta. Permítanles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para ustedes”.
Si eres parte de una iglesia local sana, entonces eres un beneficiado de la oración pastoral. Dale gracias a Dios por eso.
2. Tu pastor cuida de ti.
En Juan 10:11 leemos las palabras de Jesús cuando afirmó: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor da Su vida vida por las ovejas”. El pasaje se refiere a la obra salvífica de Cristo al entregarse por nosotros. Sin embargo, vemos en su contexto la labor de un pastor en toda su extensión: cuidar, proteger, y entregarse por las ovejas.
Ninguno de los grandes predicadores que vemos en Internet puede cuidar de nosotros. Da gracias a Dios de que en tu iglesia ya hay alguien dispuesto a cuidarte.
Es por eso que ser pastoreados es una de las mayores obras de gracia que podemos palpar en nuestro peregrinaje. Tener este regalo de Dios solo es posible en el contexto de la iglesia local. Ninguno de los grandes predicadores que vemos en Internet puede cuidar de nosotros, al menos que seamos parte de la iglesia local en donde pastorean. Da gracias a Dios de que en tu iglesia ya hay alguien dispuesto a cuidarte.
3. Tu pastor te conoce y puede aconsejarte.
En Juan 10:14, Jesús dijo que Él conoce a sus ovejas. Así como Jesús conoce a sus ovejas, todo pastor debe conocer a su rebaño. Sin duda, me beneficio mucho de los consejos que recibo en artículos y videos en Internet. Pero, al tener pastores que me conocen, he recibido consejos pastorales precisos que me han ayudado en el desarrollo de mi carácter. Y estos consejos no son de una vez para una situación, sino que son constantes, en los diversos momentos de mi caminar cristiano.
4. Tu pastor te predica cada semana.
Una de las razones más importantes para congregarnos en una iglesia local es poder escuchar todo el consejo de Dios a través de la predicación, de manera que Él usará cada sermón para hablar a tu vida.
He aprendido que aunque siga la serie de sermones de algún predicador respetado sobre la carta a los Romanos, y aprenda bastante, el principal sermón que debo escuchar es el que se da en mi iglesia en el Día del Señor.
El principal sermón que debo escuchar es el que se da en mi iglesia en el Día del Señor.
Como mi pastor me conoce mejor que quienes veo en Internet, puede aplicar la Palabra de manera particular a mi iglesia local y mi vida. Por eso debemos preparar nuestros corazones para el sermón del domingo con la misma pasión (o incluso más) con que podemos prepararnos para oír a un pastor reconocido en Internet. Es un privilegio tener a un pastor que predica la Palabra.
5. Tu pastor te enseña a ser humilde.
No hay nada más horrible que un creyente con la doctrina correcta pero con un corazón altivo. Dios nos enseña a ser humildes en la medida en que somos pastoreados. El pastor debe ser un ejemplo que nos modela cómo vivir lo que la Biblia enseña (1 Pedro 5:3). Esto, una vez más, es algo que un predicador a través de Internet no puede hacer por nosotros.
Tu pastor puede enseñarte humildad incluso cuando no crees todo lo que él cree. Por ejemplo, ¿qué haces cuando tu pastor dice algo contrario a lo que crees en un tema secundario de la fe? He visto en otros hermanos cómo Dios puede usar eso para formar humildad en nosotros, llevándonos a entender que Él puede usarnos para su gloria a pesar de nuestras diferencias en diversas áreas.
La labor pastoral es más que la predicación, y Dios ha señalado a los pastores para que sean usados en su obra en nuestras vidas. ¡Demos gracias al Señor por ellos!