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Los evangelios registran que Jesús pronunció algunas palabras poco antes de morir en la cruz. Una de las más famosas es el grito: ¡Tetelestai! (Jn 19:30).

Su significado gramatical y teológico

La palabra tetelestai viene del verbo teleo, que significa: poner un fin a, realizar completamente, terminar, acabar; llevar a su término, su plenitud (en sentido religioso).1

Como tal, tetelestai es un verbo griego que se ha traducido al español de tres maneras —«consumado es», «todo está cumplido», «todo se ha cumplido»—, el cual está conjugado en tiempo perfecto (una acción consumada en el pasado). Este es considerado el más importante de los tiempos verbales del idioma griego, especialmente cuando se usa con relación a Dios.

Los estudiosos de la gramática griega consideran que, cuando un escritor del Nuevo Testamento usaba el tiempo perfecto, lo hacía de manera deliberada. Esto se debe a la trascendencia del significado que comunica (diferente de otras formas verbales en pasado), especialmente cuando se trataba de explicar los efectos de las acciones de las Personas de la Trinidad que concretaron la obra salvífica. Daniel Wallace explica:

El tiempo perfecto describe un evento que, habiendo sido completado en el pasado, tiene resultados existentes en el presente… Por tanto, se usa para indicar énfasis, no en la acción pasada como tal, sino en el presente «estado de las cosas» (la situación) como resultado de aquella acción pasada (Gramática griega, p. 421, énfasis añadido).

Es decir, tetelestai significa que Jesús consumó en la cruz, una vez y para siempre, la obra para la cual se encarnó y que fue confirmada en Su resurrección. De hecho, con la afirmación tetelestai, el Salvador anunciaba que permite a los creyentes entrar en la eternidad no por méritos propios, sino por los Suyos. Sobre esto, Herman Bavinck afirma:

La expiación y la justificación ya se encuentran objetiva y activamente presentes en Cristo como fruto de Su obra, y el creyente se las apropia mediante el Espíritu de Cristo. Todo está consumado: Dios ha sido reconciliado; nada hay que añadir por parte de los humanos. La aplicación de la salvación también es obra de Cristo, no nuestra; la soteriología debe entenderse teológicamente, como una obra de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo (Dogmática reformada, p. 644, énfasis añadido).

Las palabras de Bavinck se pueden resumir en que la salvación es una obra de la Trinidad. Esto lo podemos ver en la afirmación «consumado es». ¿Por qué Jesús no dijo: «consumé la obra» (en primera persona) cuando estaba en la cruz? Como ejemplo, así lo afirmó cuando oraba en el Getsemaní: «Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese» (Jn 17:4 RV60, énfasis añadido).

Cuando Cristo afirmó en Getsemaní «he acabado la obra» se refería a la obra específica que le correspondía como Dios Hijo al venir a la tierra. En cambio, la declaración en la cruz «consumado es» se puede explicar por medio del pasivo teológico, el cual se da cuando un verbo está en voz pasiva y la acción, por sus efectos sobrenaturales, solo puede ser atribuida a Dios. Es decir, Jesús estaba afirmando que la obra salvadora fue consumada, pero no solo por Él sino también por Dios Padre y Dios Espíritu Santo (Jn 10:38; Lc 4:18-19).

Entonces, por su significado gramatical y teológico, tetelestai se puede entender: «Consumado está por la obra perfecta del Dios trino».

Su conexión con el Antiguo Testamento

En el Antiguo Testamento hay usos importantes de esta palabra y que enriquecen su significado.

El término hebreo equivalente a tetelestai es kalah,2 según la Septuaginta, el cual se usó por primera vez para afirmar que Dios culminó Su creación (Gn 2:2). También se usaba en contextos cotidianos como, por ejemplo, terminar de construir una casa, culminar la vendimia o la siega en los campos.

El término kalah también se usó en contextos especiales, como cuando se terminaron de construir el tabernáculo en tiempos de Moisés y el primer templo a cargo de Salomón (Éx 39:32; 1 R 6:38); dos obras que al ser concluidas marcaron un punto de inflexión en la vida del pueblo de Israel. Asímismo, kalah fue usado para declarar la consumación de un holocausto y, como resultado, se dio la purificación del templo y la expiación de los pecados del pueblo en la ceremonia dirigida por los sacerdotes en el día de expiación (2 R 10:25; Lv 16:20).

La consumación de las ofrendas presentadas en el Antiguo Testamento tenía resultados temporales porque se basaba en sacrificios de animales. Sin embargo, los resultados de la consumación del sacrificio del Cordero santo en la cruz del Calvario son inmutables y eternos para el pueblo de Dios en todas las áreas, pero en particular en la de los sacrificios por el pecado, como los que se presentaban en el Antiguo Testamento. En otras palabras, el significado de tetelestai está detrás de la siguiente explicación teológica sobre la transición del antiguo pacto al nuevo:

Ciertamente todo sacerdote está de pie, día tras día, ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. Pero Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, se sentó a la diestra de Dios (He 10:11-12).

Tetelestai significa que todo en el sacrificio de Jesús se ha cumplido de manera perfecta y esta es la mejor noticia para los creyentes, pero también es una mala noticia para el reino de las tinieblas que fue derrotado. Con esta certeza, y en el contexto de la muerte y resurrección de Cristo, el apóstol Pablo hizo dos preguntas retóricas y una afirmación que pregonaba ¡Tetelestai! a viva voz:

¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley; pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo (1 Co 15:55-57).


1 El verbo tetelestai está conjugado en tiempo perfecto, voz pasiva, modo indicativo en la tercera persona del singular del verbo teleo. Visto en: Amador Ángel García Santos, “τελεω-teleo”, Diccionario del griego bíblico: Setenta y Nuevo Testamento (Navarra, España: Editorial Verbo Divino, 2018), p. 840.
2 Luis Alonso Schökel, “כלה-kalah”, Diccionario bíblico hebreo-español (Madrid, España: Editorial Trotta, 1999), p. 360-61.
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