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Definición

El término “ángeles” se refiere a seres espirituales que fueron creados por Dios, antes de que el mundo fuera creado, con el propósito de adorarlo y cumplir su voluntad. A los ángeles se les dio la habilidad de elegir si seguían la voluntad de Dios para obedecer sus mandamientos. Sin embargo, una cierta fracción de ellos siguió a Satanás en su rebelión contra el Señor. En el Nuevo Testamento, estos ángeles rebeldes son llamados más comúnmente como “demonios” o “espíritus malignos”. La mayoría de los ángeles, sin embargo, eligió seguir a Dios y obedecer sus mandamientos.

Sumario

Este artículo resume las principales enseñanzas tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo con respecto a los ángeles que no se rebelaron junto con Satanás. Examina algunas de las características de los ángeles, demostrando que son de naturaleza espiritual, que son justos e irreprensibles, que son fuertes y poderosos, y que poseen abundante sabiduría. Luego se vuelve a examinar algunos de los papeles que los ángeles desempeñan en las Escrituras; incluyendo ofrecer adoración a Dios, servir como mensajeros de Dios a los humanos, ayudar a cumplir los propósitos redentores de Dios, ayudar y proteger al pueblo de Dios, y ejecutar el juicio de Dios.

La naturaleza de los ángeles

Los ángeles son de naturaleza espiritual

Los ángeles son seres espirituales sobrenaturales creados por Dios (Neh 9:6) que pueden moverse entre el cielo y la tierra (Gn 28:12; cp. Jn 1:51). Por lo general, son invisibles para los seres humanos, pero pueden darse a conocer en una forma que es indistinguible de la de los humanos (Gn 19:1-5; Jue 13:3, 6, 8, 10-11, 16, 21; He 13:2) o como seres celestiales gloriosos (Mt 28:3; cp. Lc 2:9; 2 Co 11:14). Sin embargo, difieren de los humanos en que no se casan ni procrean, ni experimentan la muerte (Mr 12:25; Lc 20:35-36). Un pasaje notable en este sentido es 2 Reyes 6:16-17, donde el rey de Siria envió “un gran ejército” para rodear la ciudad donde estaba Eliseo, de modo que el siervo de Eliseo tuvo miedo (2 R 6:13-15). Entonces en el versículo 17, Eliseo oró: “‘Oh Señor, te ruego que abras sus ojos para que vea’. Y el Señor abrió los ojos del criado, y miró que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo”.

Los ángeles son justos e irreprensibles

Los ángeles que se negaron a seguir a Satanás también son justos e irreprensibles en carácter. Un pasaje útil en este sentido es 1 Samuel: “‘Pero, ¿qué es lo que he hecho?’ reclamó David. ‘¿Qué falla ha visto Su Majestad en este servidor suyo desde el día en que entré a su servicio hasta hoy? ¿Por qué no me permiten luchar contra los enemigos de mi señor y rey?’ ‘Ya lo sé’, respondió Aquis. ‘Para mí tú eres como un ángel de Dios’” (1 S 29:8-9). Este símil (es decir, irreprensible como un ángel) indica claramente que los ángeles de Dios fueron vistos como poseedores de un carácter justo que condujo naturalmente a un comportamiento irreprensible. Esto es consistente con los pasajes del Nuevo Testamento que se refieren a “los santos ángeles” (Mr 8:38; Lc 9:26; Ap 14:10).

Los ángeles son fuertes y poderosos

Ciertamente, el Salmo 103:20 sugiere fuertemente que los ángeles son mucho más poderosos que los humanos: “Alaben al Señor, ustedes sus ángeles, paladines que ejecutan su palabra y obedecen su mandato”. También son descritos en las Escrituras como “principados y poderes”, términos que sugieren fuerza y poder. Además, el apóstol Pedro informa a sus lectores que los falsos maestros eran “atrevidos y arrogantes” al abusar de los seres celestiales, a pesar del hecho de que “mientras que los ángeles, a pesar de superarlos en fuerza y en poder”, no harían eso (2 P 2:10-11). Ellos reconocen que el juicio viene del Señor.

Los ángeles poseen abundante sabiduría

Ciertos pasajes de las Escrituras implican que los ángeles tienen una cierta cantidad de sabiduría, especialmente para discernir el bien y el mal, que está más allá de la habilidad de los seres humanos. En 2 Samuel 14, Joab intenta reparar la relación entre David y su tercer hijo, Absalón. Para lograr esto, Joab pide la ayuda de “una mujer sabia” de Tecoa y la envía a David. Después de contar una historia ficticia con la esperanza de mover al rey para que él traiga de vuelta a su hijo exiliado, ella le dice a David en el versículo 17: “…que su palabra me traería alivio, pues Su Majestad es como un ángel de Dios, que sabe distinguir entre lo bueno y lo malo”. Este entendimiento es consistente con otra referencia a la sabiduría de los ángeles que se encuentra en 2 Samuel 14:20.

Los papeles que juegan los ángeles en el plan de Dios para la humanidad

Los ángeles ofrecen adoración a Dios

Los ángeles regularmente ofrecen adoración a Dios en los reinos celestiales, pero en una ocasión un grupo de pastores vió una multitud de ángeles del cielo ofreciendo alabanzas (Lc 2:13-14). Como Lucas escribió: “De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían: ‘Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad’”. Esto cumple el llamado del salmista: “Alabadle, todos sus ángeles; alabadle, a todos sus ejércitos” (Sal 148:2).

Este atisbo de adoración angelical es solo una pequeña probadita de la gloriosa alabanza que se describe en Apocalipsis. En Apocalipsis 5:11-12, Juan describe una escena espectacular: “…oí la voz de muchos ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era millares de millares y millones de millones. Cantaban con todas sus fuerzas: ‘¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!’”. Entonces, en Apocalipsis 5:13 -14, Juan escribe: “Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: ‘¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!’ Los cuatro seres vivientes exclamaron: ‘¡Amén!’ y los ancianos se postraron y adoraron”.

Los ángeles sirven como mensajeros de Dios a los humanos

Muchos ejemplos con este rol se encuentran tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, lo cual no es sorprendente dado el hecho de que el término hebreo que se traduce “ángel” es malak, que etimológicamente se refiere a un mensajero. Un pasaje importante en este sentido se encuentra en la narrativa del sacrificio de Isaac en Génesis 22. En el momento cuando Abraham estaba a punto de matar a su hijo en obediencia a Dios, “… el ángel del Señor” le llamó desde el cielo, impidiéndole matar a Isaac (Gn 22:11-12). Entonces, en Génesis 22:15-18, el ángel del Señor reitera lo que se dijo en Génesis 22:12, es decir, su promesa de que Abraham será bendecido y que por medio de su descendencia “todas las naciones del mundo serán bendecidas”.

Otros ejemplos de ángeles que cumplen este papel incluyen ángeles que le urgen a Lot y a su familia a huir de la ciudad de Sodoma (Gn 19, 12-13), animando a Agar con respecto a su hijo (Gn 21:17), enviando a Moisés para sacar a los israelitas de Egipto (Éx 3:1-4:17), prometiendo enviar a un ángel delante de ellos para expulsar a los actuales ocupantes de la tierra prometida (Éx 33:2), y ordenando a Gad que le dijera a David que edificara un altar al Señor (1 Cr 21:18-19).

En el Nuevo Testamento, los ángeles también cumplen este papel de mensajeros. Por ejemplo, en Mateo 1:20 a José se le dice que no tenga miedo de tomar a María como su esposa. En Mateo 2:13, un ángel se le aparece a José en un sueño y le dice que tome a María y a Jesús, y que escapen a Egipto. Entonces, en Mateo 2:19-20 un ángel se le aparece en un sueño a José, diciéndole que tome a su mujer y a su hijo y que vuelva a la tierra de Israel. Además, en el Evangelio de Lucas, un ángel es enviado a Zacarías para anunciar el nacimiento de Juan (Lc 1:11 -17), y más tarde el ángel Gabriel es enviado para anunciar el nacimiento de Jesús (Lc 1:26-38). Una vez que Jesús nace, un ángel anuncia su nacimiento a un grupo de pastores que estaban vigilando sus rebaños cerca de Belén (Lc 2:8-12), y entonces «una multitud de los ejércitos celestiales» apareció y dio gloria a Dios (Lc 2:13-14). Lucas 24:23 también informa que después de que las mujeres visitaron el sepulcro y descubrieron que el cuerpo de Jesús no estaba, vieron una visión de ángeles, «quienes les dijeron que él está vivo».

Los ángeles ayudan a cumplir los propósitos redentores de Dios

Este rol es frecuentemente representado por ángeles tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Un ejemplo que surge de las narrativas de los patriarcas (Gn 24:1 -67) tiene que ver con la adquisición de una esposa para Isaac de su propio país, es decir, Mesopotamia. Abraham estaba seguro en el éxito de esta tarea debido a su fe en Dios. Le dijo a su siervo en Génesis 24:7 (cp. Gn 24:40) que Dios «enviará su ángel contigo, y él hará prosperar tu viaje para que consigas para mi hijo una esposa que pertenezca a la familia de mi padre». Cuando su siervo llegó a la tierra de Abraham, específicamente a la ciudad de Najor, oró pidiendo a Dios que le diera éxito (24:12). Después de usar una simple prueba, quedó claro para el siervo de Abraham y para los miembros de la familia de Rebeca que «esto proviene del Señor» (24:50). Aunque el ángel al cual se refiere Abraham solo se menciona una vez, él claramente creía que este ángel estaba involucrado en hacer de su viaje un éxito.

Otro ejemplo de este rol se menciona en el discurso de Esteban en Hechos 7:38 (cp. Hch 7:53; Gá 3:19), esta vez en relación con la entrega de la ley por medio de Moisés: «Estaba en la asamblea en el desierto, con el ángel que le habló en el monte Sinaí, y con nuestros antepasados. Fue también él quien recibió palabras de vida para comunicárnoslas a nosotros». Como dijo el apóstol Pablo en Gálatas 3:19, «La ley se promulgó por medio de ángeles, por conducto de un mediador». Es innegable que la entrega de la ley fue un acontecimiento importante con respecto a los propósitos redentores de Dios, y los ángeles claramente toman una parte significante en este momento de la historia de salvación.

Otros ejemplos de las actividades de los ángeles para promover los propósitos redentores de Dios están presentes en las Escrituras, incluyendo el enviar a un ángel delante del pueblo de Dios para expulsar a los habitantes de la tierra prometida (Éx 33:2). También es importante la declaración de Isaías: «En todas sus angustias él estuvo afligido, y el ángel de su presencia los salvó. En su amor y en su compasión los redimió, los levantó y los sostuvo todos los días de antaño» (Is 63:9).

Un ejemplo final de un ángel promoviendo los propósitos redentores de Dios se encuentra en Hechos 10:3-8 (cp. Hechos 10:30-33), donde un ángel le habla a Cornelio en una visión y le instruye enviar a hombres para traer de vuelta a Pedro de Jope. La intervención de este ángel abre el camino para que los gentiles escuchen el evangelio y reciban al Espíritu Santo sin circuncisión y el guardar la ley de Moisés.  Esto los llevó a la decisión que se tomó en el Consejo de Jerusalén en Hechos 15. Sin estos acontecimientos y la decisión que se tomó en el concilio, la difusión del evangelio entre los gentiles se habría reducido drásticamente.

Los ángeles ayudan y protegen al pueblo de Dios

Este rol está claramente identificado en Génesis 48:15-16, en donde la bendición de Israel a José y sus hijos, habla del «Dios que me ha guiado desde el día en que nací hasta hoy, el ángel que me ha rescatado de todo mal». Al final, el ángel actuó de la manera que lo hizo para que los propósitos de Dios pudieran ser cumplidos en y por medio de José y sus hijos.

Otro ejemplo significativo de este rol también se encuentra en el Antiguo Testamento, en donde Dios envió a un ángel para sacar a los israelitas de Egipto (Nm 20:16) y protegerlos cuando estaban a punto de cruzar el Mar Rojo. En ese momento Dios mandó a Moisés separar el mar para que la gente pudiera atravesar en tierra seca (Éx 14:15-18), y la narrativa describe lo que sucedió después:

«Entonces el ángel de Dios, que marchaba al frente del ejército israelita, se dio vuelta y fue a situarse detrás de este. Lo mismo sucedió con la columna de nube, que dejó su puesto de vanguardia y se desplazó hacia la retaguardia, quedando entre los egipcios y los israelitas» (Ex 14:19-20a).

El propósito del movimiento descrito en este pasaje es claro: un ángel mantuvo a los ejércitos de Egipto alejados del pueblo de Israel, para que tuvieran tiempo de cruzar el Mar Rojo sin ser atacados desde la retaguardia. Sin embargo, no solo «el ángel de Dios» fue detrás de su pueblo, sino que el Señor también envió «un ángel» delante de su pueblo. Describió la misión del ángel al pueblo en Éxodo 23:20 (cp. Éx 33:2) de la siguiente manera: «para que te proteja en el camino y te lleve al lugar que te he preparado». Sin embargo, Dios también les advirtió que se sometieran a la guía del ángel y que caminaran en obediencia:

«Préstale atención y obedécelo. No te rebeles contra él, porque va en representación mía y no perdonará tu rebelión. Si lo obedeces y cumples con todas mis instrucciones, seré enemigo de tus enemigos y me opondré a quienes se te opongan. Mi ángel te guiará y te introducirá en la tierra de estos pueblos que voy a exterminar: tierra de amorreos, hititas, ferezeos, cananeos, heveos y jebuseos» (Éx 23:21-23; cp. 33:2).

Al proteger al pueblo de Dios, el ángel estaba promoviendo el programa redentor de Dios, y el pueblo fue instruido a seguirlo porque el «Nombre» de Dios —su presencia y por implicación, su autoridad— está con el ángel.

Dos ejemplos adicionales de este papel están presentes en los relatos de Balán, tanto cuando «el ángel del Señor se hizo presente, dispuesto a no dejarlo pasar» (Nm 22:22 a), como en Números 22:35 (cp. Nm 22:38) cuando le dijo a Balán que se limite «a decir sólo lo que yo te mande». Estas acciones ciertamente ayudan y protegen al pueblo de Dios de las maldiciones de Balán. Otro ejemplo específico de Dios enviando a su ángel para proteger y liberar a sus siervos se puede ver en el ejemplo de Sadrac, Mesac y Abednego (Dn 3:28; 6:22).

Los ángeles ejecutan el juicio de Dios

La obediencia a los mandamientos de Dios es crítica, como se enfatiza en Éxodo 32. Después del incidente en el que Israel pecó construyendo y adorando el becerro de oro, leemos en Éxodo 32:33-34:

“El Señor le respondió a Moisés: ‘Sólo borraré de mi libro a quien haya pecado contra mí. Tú ve y lleva al pueblo al lugar del que te hablé. Delante de ti irá mi ángel. Llegará el día en que deba castigarlos por su pecado, y entonces los castigaré’”.

Aunque el ángel estaba listo para proteger al pueblo de Dios de sus enemigos, no estaba allí para protegerlos de las consecuencias de su propio pecado y de la infidelidad al pacto. Si deseaban experimentar las bendiciones prometidas en Deuteronomio, necesitaban seguir las instrucciones del ángel que fue asignado para protegerlos y conducirlos a la tierra prometida.

Las acciones de los ángeles para ejecutar el juicio de Dios se mencionan explícitamente también en 2 Samuel 24:15-16 (cp. 1 Cr 21:12), donde el Señor envió una plaga sobre Israel como castigo por el pecado de David, por haber contado a sus combatientes. Sin embargo, su propósito era castigarlos por su pecado, no destruirlos. Como dice en el versículo 16: “Cuando el ángel extendió su mano hacia Jerusalén para destruirla, el Señor se arrepintió del mal, y dijo al ángel que destruía al pueblo: ‘¡Basta!’”.

Otros ejemplos de ángeles que cumplen este papel son numerosos. Un texto significativo que se refiere al juicio de Dios por medio de ángeles es 2 Reyes 19:35, “Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió a 185,000 en el campamento de los asirios” (cp. 2 Cr 32:21; Is 37:36). Además, en el Salmo 35:5-6, el salmista se refiere a aquellos entre el pueblo de Dios que buscaban la vida de David cuando escribe: “Sean como paja delante del viento, con el ángel del Señor acosándolos. Sea su camino tenebroso y resbaladizo, con el ángel del Señor persiguiéndolos”. También es importante el Salmo 78:49, que se refiere en contexto a que Dios desata su ira y su indignación contra los injustos en Israel, todo por medio de “un ejército de ángeles destructores”.

Todos los ejemplos examinados anteriormente implican la ejecución de sentencias dentro de la historia. Uno también debe considerar el papel que juegan los ángeles en el juicio escatológico. En la parábola del sembrador, por ejemplo, la explicación de Jesús en Mateo 13:39 deja claro que “los segadores son los ángeles”. En el fin del mundo, leemos en Mateo 13:41: “El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que son piedra de tropiezo y a los que hacen iniquidad”. Esta “cosecha” lleva a “llanto y el crujir de dientes” para los malhechores (Mt 13:42), mientras que en el versículo 43 se promete que “los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre” (Otros pasajes relevantes incluyen Mt 13:49, 16:27, 24:31, 25:3-46, Mr 8:38 y Lc 12:8). Sin embargo, una cosa está clara: lo que le trae alegría a los ángeles es cuando un pecador se arrepiente y pone su fe en Cristo (Lc 15:10), respondiendo de acuerdo a los propósitos misionales de Dios y trae gloria a su nombre.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Lauren Charruf Morris.


Este ensayo es parte de la serie Concise Theology (Teología concisa). Todas las opiniones expresadas en este ensayo pertenecen al autor. Este ensayo está disponible gratuitamente bajo la licencia Creative Commons con Attribution-ShareAlike (CC BY-SA 3.0 US), lo que permite a los usuarios compartirlo en otros medios/formatos y adaptar/traducir el contenido siempre que haya un enlace de atribución, indicación de cambios, y se aplique la misma licencia de Creative Commons a ese material. Si estás interesado en traducir nuestro contenido o estás interesado en unirte a nuestra comunidad de traductores, comunícate con nosotros.

Lecturas adicionales

  • Graham A. Cole, Against the Darkness: The Doctrine of Angels, Satan and Demons. (Contra la oscuridad: La doctrina de los ángeles, Satanás y los demonios). Un estudio sólido de las enseñanzas bíblicas sobre los ángeles, Satanás y los demonios, así como algunos temas prácticos, siendo los capítulos 2 y 3 los más útiles sobre el tema de los ángeles.
  • Duane A. Garrett, Angels and the New Spirituality (Ángeles y la nueva espiritualidad). Los dos primeros capítulos de este libro son los más útiles sobre el tema de los ángeles. El libro está bien escrito, se basa en las escrituras y busca contrastar las enseñanzas de la Biblia sobre el tema de los ángeles con varias ideologías “espirituales” que han sido comunes durante bastante tiempo.
  • Wayne Grudem, Angels in the Bible: What do we Actually Know about Them? (Ángeles en la Biblia: ¿Qué sabemos realmente sobre ellos?). La discusión de Grudem es sorprendentemente rica y útil para un artículo de blog sobre este tema. Está bien escrito, es fácil de leer y de naturaleza práctica, a la vez que está sólidamente arraigado en las Escrituras.
  • Stephen F. Noll, Angels of Light, Powers of Darkness (Ángeles de la luz, poderes de las tinieblas). El libro de Noll está bien investigado, es sólidamente bíblico y de naturaleza algo académica. Los capítulos 1-4 y 7-8 son bastante relevantes para el tema de los ángeles. Una revisión completa del trabajo está disponible en línea en Themelios.