Porque si por la transgresión de un hombre, por este reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de un Hombre, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así pues, tal como por una transgresión resultó la condenación de todos los hombres, así también por un acto de justicia resultó la justificación de vida para todos los hombres (Ro 5:17-18, énfasis añadido).
Si eres creyente, la Biblia te describe de muchas maneras: en Cristo, eres nacido de nuevo, justo, santo, hijo de Dios, discípulo, miembro de Su iglesia, etc. Pero Pablo también describe a los creyentes como los que han recibido «la abundancia de la gracia» (gr. perisseian tēs charitos). Piensa en esto por un momento.
La expresión «abundancia de su gracia», primero, enfatiza el gran amor, la compasión y misericordia que Dios tiene al considerar la miserable condición del pecador. Segundo, señala la acción de Dios al enviar a Su Hijo para redimirnos por medio de Su muerte y resurrección. Tercero, se refiere a todo lo que Cristo nos ha dado.
En otras palabras, esto tiene que ver con los beneficios de la redención: el perdón de los pecados, la justificación, la nueva vida, la paz con Dios, la adopción, el sello del Espíritu y la promesa de vida eterna. Esta abundancia de la gracia encierra lo que Dios siente hacia el pecador, lo que hace en Su favor y lo que le concede en Cristo.
Por eso, la abundancia de la gracia cómo mínimo se debe entender en estos tres aspectos: en la compasión de Dios hacia el pecador, en Su actuar en conformidad con esa compasión (enviando a Su Hijo) y en todas las bendiciones eternas que recibimos en Cristo.
La condenación ha sido cambiada por justificación y la muerte por vida. Por la justicia de Uno (Cristo), vino la justificación de vida a los seres humanos (v. 18). La situación de condena ha sido cambiada y, por lo tanto, la condición de muerte fue revertida. Estamos en una situación totalmente nueva y por eso tenemos esperanza. Hemos recibido la abundancia de la gracia divina y a causa de eso tenemos el don de la justicia y la esperanza de vida.
Puede que no tengamos abundancia de riquezas, habilidades, amigos, influencia, bienes o virtudes. Sin embargo, estar en Cristo supone que hay algo que tenemos en abundancia y que no es marginal: la gracia de Dios. Tenemos en abundancia y por la eternidad lo que es de mayor importancia y necesidad para la vida.
¿De qué sirve tener en abundancia de aquello que se puede perder con facilidad? Más aún, ¿para qué sirve poseer abundancia de bienes y beneficios que no nos servirán en la vida venidera?
Mis hermanos, estar en Cristo es tener verdaderas riquezas, gozo y vida en abundancia.