¿Quién es Jesucristo?
Esa es quizá una de las preguntas más repetidas durante la historia de la humanidad. No es nada raro escuchar distintas opiniones acerca del origen y la misión de Jesús. Seguramente el tema ha estado en las conversaciones de tus amigos, familia, o compañeros de trabajo. Resulta indispensable que el cristiano conozca a fondo lo que la Biblia enseña sobre Jesús. Nuestra respuesta como creyentes no puede basarse en la opinión de lo que otros dicen acerca de Él; hoy más que nunca debemos cuestionarnos: ¿qué dice Dios en su Palabra acerca de Jesús?
La deidad de Cristo, de John MacArthur, es una excelente guía para adentrarnos en un estudio serio acerca de Jesús. Su contenido se divide en cuatro secciones: tres de ellas abarcan una cualidad divina de Cristo, y el apéndice incluye afirmaciones apostólicas sobre su deidad. Lejos de ser opiniones del autor, cada una de las cerca de 200 páginas de este libro llevan al lector a estudiar pasajes de las Escrituras que enfatizan una y otra vez la preciosa verdad de la deidad de Cristo.
La deidad de Cristo
John MacArthur
La primera parte se titula La gloria divina de Cristo. El primer capítulo estudia el pasaje bíblico de Juan 1:1-5. De acuerdo con el autor: “La deidad del Señor Jesucristo es un principio esencial y no negociable de la fe cristiana. Varias líneas de la evidencia bíblica confluyen para probar de manera concluyente que Él [Jesús] es Dios” (p.11). Este, junto a Colosenses 1:15-19, son textos comúnmente distorsionados por religiones como los Testigos de Jehová con el fin de negar la deidad de Cristo, por lo que resulta importante dar un vistazo a fondo a los elementos textuales y gramáticos referentes a estos pasajes. MacArthur añade: “La confusión sobre la deidad de Cristo es inexcusable porque la enseñanza bíblica al respecto es clara e inequívoca. Jesucristo es el Verbo eternamente preexistente, quien disfruta de vida divina y de completa comunión cara a cara con el Padre, y es Dios” (p. 20).
La segunda parte lleva como encabezado: La autoridad divina de Cristo, y nombra 4 ejemplos de autoridad de Cristo narrados en los capítulos 1 y 2 del evangelio de Marcos, así como el capítulo 14 de Mateo. La autoridad de Cristo en los Evangelios es descrita de manera tal que es indudable su poder y dominio sobre Satanás, los demonios, el pecado, la enfermedad, la religión, y toda la creación.
“Nunca nos encontraremos en un lugar en el que Cristo no pueda hallarnos, y ninguna tormenta es tan severa para que Él no se apiade de nosotros. Jesús protege a quienes le pertenecen, y nunca les fallará ni los abandonará” (p. 107).
La tercera sección de este libro es un resumen de las afirmaciones, principalmente ubicadas en el evangelio de Juan, sobre la deidad de Jesús. Por ejemplo, en Juan 5:17-24 Jesús se identifica como Hijo de Dios estableciendo su igualdad al Padre en su persona (v. 17-18), en sus obras (v. 19-20), en su poder y soberanía (v. 21), en su juicio (v. 22), y en su honor (v. 23-24). Otras afirmaciones importantes que hizo Jesús acerca de su deidad son conocidas por comenzar con la frase “Yo soy”. Cada una de ellas es mencionada y estudiada de manera breve en el capítulo 10.
“El relato de Juan resalta el poder divino de Cristo, pues, por su palabra, sus enemigos cayeron de espaldas al suelo. Este es el poder del gran YO SOY, de Emanuel, ‘Dios con nosotros’. Él es el Rey de gloria” (p. 178).
El libro concluye con un apéndice que toma algunas afirmaciones apostólicas de la deidad de Cristo. Se mencionan las palabras de Tomás, el autor de Hebreos, el testimonio de Pedro, y el de Juan, quien en Apocalipsis 1:17-18 lo describe como “el primero y el último, y que vive por los siglos de los siglos”. Además, se incluyen las citas de Pablo afirmando que Jesús es Dios desde la eternidad y un día regresará por su pueblo (Ro. 9:5, Fil. 2:5-6, Col. 1:15, 2:9-10 y Ti. 2:13).
Hoy nos encontramos ante una sociedad que está sedienta. Como cristianos, tenemos la respuesta que ellos necesitan y es nuestra responsabilidad compartirles acerca de Cristo como el camino, la verdad, y la vida (Jn. 14:6). Este libro está empapado de verdades teológicas profundas explicadas de manera sencilla. Es una lectura muy recomendada para todo aquel que desea estudiar a detalle lo que las Escrituras nos enseñan sobre el Rey de reyes y Señor de señores, nuestro Señor Jesucristo.