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«¡Todos para uno y uno para todos!». Alejandro Dumas popularizó esta frase en su novela Los tres mosqueteros. Aunque es una expresión conocida, no todos saben que la trama de la obra se ambienta en una etapa de la historia de Francia. Quien conozca el contexto inmediato de esta novela obtendrá una mejor comprensión general de su riqueza histórica y de su propósito.

Sin embargo, cuando hablamos de la Palabra de Dios, no basta con conocer la riqueza histórica y el propósito de una frase solo en su contexto inmediato. Esto es verdad de la afirmación «el reino de los cielos se ha acercado» (Mt 4:17), una declaración esencial que Cristo proclamó cuando comenzó a predicar el mensaje de salvación.

Esta es una frase que necesitamos comprender no solo a la luz de los evangelios, sino también de toda la Biblia. Es imprescindible entender las enormes implicaciones de esta frase a la luz del contexto amplio de la historia de la redención, por medio de la metodología provista por la teología bíblica, ya que nos ayuda a conocer el plan de Dios para Su pueblo.

En El Rey y Su reino: Dos testamentos, una sola historia (Editorial Bautista Independiente, 2022), Josué Ortiz, fundador y pastor de la iglesia Gracia Abundante en la ciudad de México, busca que el lector llegue a ver la Biblia como una historia con un mensaje unificador y con un plan que tiene lugar por medio del reino que anunció Cristo el Rey.

El Rey y Su reino

El Rey y Su reino

Editorial Bautista Independiente. 257 páginas.

En El Rey y Su reino: Dos testamentos, una sola historia (Editorial Bautista Independiente, 2022), Josué Ortiz, fundador y pastor de la iglesia Gracia Abundante en la ciudad de México, busca que el lector llegue a ver la Biblia como una historia con un mensaje unificador y con un plan que tiene lugar por medio del reino que anunció Cristo el Rey.

Editorial Bautista Independiente. 257 páginas.

La coherencia de las Escrituras

Este libro está dividido en tres partes por medio de las cuales Ortiz hace avanzar su argumento. La primera de ellas titulada «El Rey y Su reino: Una exposición sobre la coherencia de las Escrituras», se enfoca en presentar las pruebas de la relación innegable entre el mensaje del Antiguo Testamento y el Nuevo, para mostrar la progresión y unidad de las Escrituras a la luz del reino de Dios.

El autor presenta la relevancia de la teología bíblica al describir cómo cada parte de las Escrituras sigue el curso establecido por el designio soberano de Dios, incluso desde los tres primeros capítulos de Génesis. Por ejemplo, el suceso de la caída (Gn 3) es significativo en toda la narrativa bíblica al ser el evento que abre las puertas al pecado de la humanidad y precede al desarrollo de la redención planeada por Dios en la eternidad. Ortiz reflexiona en este suceso, como en el resto de la Escritura, a través del lente del reino de Dios: «La Biblia es… una historia con un mensaje sobre la caída del ser humano, la redención por medio del Salvador y la próxima e inminente restauración del reino de Dios» (p. 11).

Esta primera parte del libro nos ayuda a ver que la congruencia de las Escrituras es una muestra fiel de la grandeza y majestad del Dios que las reveló. La Biblia no se trata de una serie de libros y escritos individuales que conforman la Palabra de Dios, sino de un mensaje en donde se revela el Dios que gobierna.

Ciudadanos del reino

En la segunda parte, titulada «El reino de Dios: La ciudadanía en el reino y su relación con el evangelio», el autor enfatiza la identidad del creyente como ciudadano del reino y desarrolla su convicción sobre la instauración del reino de Dios en la tierra. Te doy un ejemplo de lo que Ortiz menciona y expone en el libro con mayor detalle:

El reino de Jesús no tiene límites, Su poder es incomparable y Su majestad es como ninguna otra. El reino está en la tierra, en nosotros, con nosotros, entre nosotros y para nosotros, nuestro Rey lo hizo posible.
Cuando muramos ¡claro que vamos a la presencia de nuestro Señor! Sin embargo, nunca olvidamos que la historia del evangelio no se trata de mí, de que yo iré al cielo. La historia del evangelio se trata de todo lo que Dios ha creado, restaurado y recreado en Cristo. La instauración del reino ya comenzó en el Mesías Jesús. Pronto se realizará por completo en Su segunda venida. Por fin y en un sentido pleno, yo seré Su pueblo y Él será mi Dios (p. 190).

Ortiz sostiene que lo característico en la vida del creyente que comprende la teología del reino es «la obediencia que viene de creer en el evangelio de Dios [ya que esta] es, y siempre ha sido, la característica más importante de los hijos de Dios» (p. 73). Es decir, aquellos que son incluidos como ciudadanos del reino de Dios experimentan una transformación asombrosa desde el momento que ponen su fe en el mensaje del evangelio.

El autor nos habla de que ni siquiera en la creación se evidencia una muestra tan grande de poder como en la redención del pecador. La creación de Dios (Gn 1) se dio de la nada, pero la redención del pecador requiere la muerte del Cordero perfecto, el Hijo de Dios. Es imposible que este mensaje sublime sea conocido y entendido por una persona, mediante la guía del Espíritu, y que esta no sea transformada a la imagen de Cristo (2 Co 3:18). Tal transformación trae consigo el deseo de comunicar a otros el mensaje recibido.

De esta manera, el autor nos recuerda que una gran ventaja de entender la narrativa bíblica como un todo es la posibilidad de una enseñanza sólida, completa y apegada al texto. Cuando se entiende la Biblia como porciones aisladas es muy fácil perder de vista la esencia del evangelio y presentar solo una parte de este. Aquí es donde esta obra provee una guía crucial.

Por ejemplo, en muchos casos, al momento de presentar el evangelio solo buscamos mostrar al pecador la manera para ir al cielo, dejando de lado la enseñanza general de las Escrituras. El autor expresa sus pensamientos sobre esto al decir: «no solo proclames que puedes ir al cielo cuando mueras; el evangelio es mucho más que eso. El evangelio es la historia completa de la creación y nueva creación de Dios en el Rey Jesús» (p. 166).

La teología del reino en acción

En la tercera parte del libro, «La teología del reino en acción», hay una conclusión práctica y natural que surge de entender la Biblia y el plan redentor de Dios en ella.

Esta sección contiene consejos prácticos que nos ayudan a entender cómo aplicar el mensaje del reino de Dios a nuestro diario vivir. Uno de estos consejos es el llamado a combatir el moralismo. El autor presenta el peligro de centrarse en lo superficial o lo externo, dejando de lado la manifestación genuina de una vida transformada: «el verdadero cristianismo no es un despliegue de moralidad externa, sino la manifestación de una vida transformada y redimida que exuda santidad interna» (p. 169).

Ortiz señala que este es un error que puede estar presente también en nuestros púlpitos, cuando se exige a las personas obediencia y cambio de comportamiento, pero esas exigencias carecen de valor cuando están ajenas al conocimiento íntimo del Dios santo, quien transforma nuestras vidas en Cristo y por medio de Su Espíritu y Su Palabra. El autor lo resume de esta manera: «Todas las personas morales pueden obedecer órdenes, pero solo los verdaderos ciudadanos del reino pueden amar a Dios» (p. 179).

Esto demuestra que el evangelio no debe ser enseñado solo a los no creyentes. Los salvados por Cristo necesitamos día a día aprender más del evangelio, adentrarnos en el estudio de las Escrituras y en su unidad interna.

Una historia para ser enseñada

Un aspecto a destacar de este libro es que su aporte va más allá de discusiones frecuentes sobre temas como la enseñanza de un reino milenial literal o un punto de vista cristotélico al interpretar las Escrituras.

El aporte principal que persigue el autor es presentar las Escrituras con un tema y con un personaje central, que es Cristo glorificando al Padre y redimiendo al pecador. Con un lenguaje claro y un manejo prolijo de las Escrituras, Ortiz brinda al lector la posibilidad de aprender no solo de verdades acerca de Dios, sino de conocer al Dios que ha revelado la verdad del reino en Su Palabra.

No hay mayores consecuencias para nuestra vida si no comprendemos el mensaje global ni el trasfondo histórico de una obra clásica de la literatura universal, como Los tres mosqueteros. Sin embargo, perder de vista la unidad de las Escrituras, la relación del Antiguo con el Nuevo Testamento, la presencia del plan de redención de Dios desde el huerto del Edén y la consumación del reino de Dios tiene implicaciones eternas con resultados visibles aún hoy día. Por eso es importante para todo creyente entender, obedecer y creer la teología bíblica del reino, cuyo centro es Cristo el Rey.

Estoy convencido de que serás bendecido al leer este recurso sobre El Rey y Su reino.

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